Era de los Descubrimientos
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La llamada Era de los Descubrimientos o Era de las Exploraciones fue un periodo histórico que dio comienzo a principios del siglo XV extendiéndose hasta comienzos del siglo XVII. Durante esta época los navíos de Europa surcaron los mares del mundo en busca de nuevos socios y rutas comerciales con los que contribuir al floreciente capitalismo europeo. Durante estas exploraciones, los europeos descubrieron naciones y cartografiaron territorios que anteriormente no conocían. Entre los exploradores más famosos de la Era de los Descubrimientos se encuentran Cristóbal Colón, Vasco de Gama, Pedro Álvares Cabral, Giovanni Caboto, Juan Ponce de León y Fernando de Magallanes.
La Era de las Exploraciones tuvo sus orígenes en una serie de tecnologías e ideas novedosas surgidas en el Renacimiento, como los avances en cartografía, navegación y construcción naval. Muchos pretendían encontrar una ruta hacia Asia desde Europa occidental. El logro más importante fue la invención de la carraca y posteriormente de la carabela en Portugal. Estos barcos que eran una combinación de modelos tradicionales de navíos árabes y europeos fueron los primeros en dejar de navegar el apacible mar Mediterráneo para hacerlo con cierta seguridad en aguas abiertas del océano Atlántico.
[editar] Exploraciones por tierra
Una serie de expediciones europeas que cruzaron Eurasia por tierra a finales de la Edad Media fueron las antecesoras de la Era de las Exploraciones. Aunque los mongoles amenazaban saquear Europa también unificaron gran parte de Eurasia estableciendo vías de comunicación y rutas comerciales entre China y Oriente Medio. Algunos europeos las aprovecharon para explorar las regiones orientales. La gran mayoría de éstos fueron italianos ya que el comercio entre Europa y Oriente Medio prácticamente estaba bajo el control de los comerciantes de las ciudades estado italianas. Sus estrechas relaciones con el Oriente Próximo mediterráneo suscitaron un gran interés comercial por las regiones que se encontraban más hacia el este. El Papa también envió expediciones con la esperanza de encontrar conversos al cristianismo o el mítico reino del Preste Juan.
El primero de estos viajeros fue Giovanni da Pian del Carpine que alcanzó Mongolia y regresó a Europa entre 1244 y 1247. Sin embargo, el viaje más célebre es el de Marco Polo que cruzó todo Oriente de 1271 a 1295. La relación de su viaje es profusamente narrada como Los Viajes de Marco Polo, obra que tuvo una gran difusión en toda Europa.
Estos viajes prácticamente no ejercieron un efecto inmediato. Sin embargo, el Imperio Mongol se derrumbó casi tan rápido como había surgido. De este modo las rutas hacia el este se hicieron más peligrosas y difíciles de transitar. La peste negra del siglo XIV también obstaculizó los viajes y el comercio. La ruta por tierra hacia el este sería siempre demasiado larga y difícil como para sostener un comercio rentable, estando además en manos de imperios islámicos que habían combatido durante siglos a los europeos. La ascensión de un Imperio Otomano agresivo y expansionista limitó aún más, si cabe, las expectativas de los europeos.
[editar] Las exploraciones portuguesas
El mítico Oriente sólo pudo volver al pensamiento de los europeos una vez que se inventaron en Portugal la carraca y posteriormente la carabela. Estas exploraciones se deben a una serie de causas. Los monetaristas sostienen que el motivo principal que dio inicio a la Era de las Exploraciones fue la grave reducción de la cantidad de metal precioso que existía en Europa. La economía europea dependía de la circulación de moneda de oro y plata pero su escasez había sumido a Europa en la recesión. Otro de los factores que coayudaron las exploraciones fue la prolongada guerra de la Reconquista contra los estados musulmanes de la península Ibérica. Para los cristianos hispánicos era vital para la supervivencia poder sobrepasar la esfera territorial de los estados islámicos. Al mismo tiempo aprendieron mucho de sus vecinos árabes. La carraca y la carabela introdujeron el uso de la vela latina, empleada por los árabes, haciendo los barcos más maniobrables. También a través de los árabes se redescubrió la obra de los geógrafos griegos de la antigüedad, dando por primera vez a los europeos una idea aproximada de la forma que tendrían África y Asia.
La primera gran oleada de expediciones fue enviada por Portugal bajo el mandato de Enrique el Navegante. Internándose en pleno Océano Atlántico se descubrieron las Islas Madeira en 1419 y posteriormente las Islas Azores en 1427, convirtiéndose ambas en colonias portuguesas. El proyecto de Enrique el Navegante consistía en explorar la costa occidental de África. Durante siglos las únicas rutas comerciales entre África Occidental y el mundo del Mediterráneo cruzaban el desierto del Sahara. Estas rutas estaban controladas por los estados musulmanes del norte de África, viejos rivales de Portugal. Los portugueses esperaban comerciar directamente con África Occidental por la vía marítima, evitando así los territorios islámicos. Los navegantes portugueses progresaban lentamente pero con seguridad, consiguiendo cada año avanzar algunas millas más hacia el sur. En 1434 se salvó definitivamente el obstáculo que suponía el cabo Bojador. En el lapso de dos décadas se había vencido la barrera del Sahara y dio comienzo el comercio de oro y esclavos en lo que hoy es Senegal. El avance continuó mientras se construían fuertes en La Mina y Santo Tomé y Príncipe se convertía en la primera colonia productora de azúcar. En 1482 una expedición al mando de Diogo Cão entró en contacto con el reino del Congo. El hito decisivo tuvo lugar en 1487, cuando Bartolomé Dias dobló y bautizó el cabo de Buena Esperanza, demostrando que era posible alcanzar el Océano Índico. En 1498 Vasco de Gama cumplía ese designio llegando a la India.
[editar] Descubrimiento de América por Europa
El Reino católico de Castilla, competidor de Portugal, empezó sus exploraciones del Atlántico con retraso de casi un siglo respecto a los lusos y no sería sino hasta finales del siglo XV cuando los exploradores castellanos entrarían en competencia directa con sus vecinos peninsulares. La primera pugna fue por el control de las Islas Canarias, que Castilla acabaría ganando. España, una vez completada la unión de los reinos de Castilla y Aragón y terminada la guerra de la Reconquista, pudo realmente concentrar sus esfuerzos en la búsqueda de nuevas colonias y rutas comerciales ultramarinas. En 1492 los monarcas del nuevo estado español deciden financiar la expedición de Cristóbal Colón con la esperanza de sustraerse navegando hacia el oeste del dominio portugués en África y el Océano Índico.
Colón no llegó a Asia, pero llegó al que los europeos denominan Nuevo Mundo, que en realidad era América, un continente poblado desde al menos 14.000 años adP.
España y Portugal comenzaron a disputarse el mundo entero y la delimitación de sus áreas de influencia pasó a ser un problema crítico que acabó resolviéndo el Papa en 1494 mediante el Tratado de Tordesillas, que pretendió repartir el mundo entre las dos potencias católicas. Los portugueses "recibieron" todo el territorio no europeo que se encontraba al este de un meridiano que pasaba 370 leguas al oeste de las islas de Cabo Verde. Esto ponía en sus manos África, Asia y la parte oriental de Sudamérica (Brasil). Existen sospechas de que los portugueses actuaron habilmente durante las negociaciones debido a que ya conocían la localización de Brasil. A los españoles el Papa Católico les concedió los territorios que se encontraban al occidente de ese meridiano -tierras prácticamente desconocidas por los españoles hasta ese momento-, que correspondía a la zona occidental del continente y toda la costa del Océano Pacífico.
Al principio, Colón y otros exploradores españoles quedaron decepcionados por sus descubrimientos. A diferencia de África o Asia, las islas del Caribe no tenían productos considerados valiosos por los españoles, de manera que las islas fueron sometidos a un régimen de colonización que incluía el trabajo forzado de la población indígena. No sería sino hasta que el continente mismo fuera explorado cuando España hallaría en forma de abundante oro, las riquezas que buscaba. En América los españoles descubrieron imperios que eran tan extensos y estaban tan poblados como los de Europa. Sin embargo los conquistadores españoles, ayudados por las pandemias que su llegada había desatado, lograron hacerse del control de los imperios más desarrollados, con sólo un puñado de aventureros. De todos modos las guerras indígenas de resistencia se extendieron durante toda la permanencia española en América, y lograron evitar que el Imperio Español invadiera amplias zonas, sobre todo en Sudamérica. Una vez asegurada la conquista de los dos principales centros imperiales americanos (México y Perú), el principal foco de interés español fue la extracción y exportación de oro y plata.
En 1519, año en que Hernán Cortés desembarcaba en México, la monarquía española financió la expedición del marino portugués Fernando de Magallanes. El objetivo del viaje era encontrar las Islas de las Especias navegando hacia poniente para ponerlas dentro de la esfera de influencia española. La expedición no solamente acabó siendo un éxito sino que fueron los primeros seres humanos en circunavegar el planeta.
Véase también: Colonización europea de América
[editar] El declive del monopolio portugués
La exploración y la colonización portuguesas continuaron a pesar de la rivalidad existente con España. Los portugueses fueron los primeros occidentales que llegaron al Japón y establecieron comercio con él. Bajo el reinado de Manuel I la corona portuguesa inició un ambicioso proyecto para poner bajo su dominio los territorios y rutas comerciales que habían sido declarados suyos. El plan consistía en construir una serie de fuertes que permitirían a Portugal controlar las principales rutas comerciales hacia Oriente. De esta forma, se establecieron fuertes y colonias en la Costa del Oro africana, Luanda, Mozambique, Zanzíbar, Mombasa, Socotra, Ormuz, Calcuta, Goa, Bombay, Malaca, Macao y Timor. Los portugueses también dominaban Brasil, que había sido descubierto oficialmente en 1500 por Pedro Álvares Cabral, y que "por coincidencia" quedaba en parte en la zona portuguesa según el "reparto" del Tratado de Tordesillas.
Portugal encontró dificultades a la hora de extender su imperio tierra adentro, más allá de las regiones costeras, en las cuales hubo de concentrarse. El tiempo demostró que el país era demasiado pequeño como para sostener la dotación económica y de hombres que eran necesarias para una empresa tan colosal. Las fortalezas establecidas por todo el mundo enfrentaban una falta de hombres y de equipamientos crónica. No fue posible competir con naciones más potentes que poco a poco fueron irrumpiendo en los dominios portugueses. Sus días de cuasimonopolio comercial con Oriente estaban contados. La hegemonía portuguesa en Oriente fue quebrada por los exploradores holandeses, franceses e ingleses, que no tomaron en consideración el reparto del mundo hecho por el Papa. En 1580 el rey español Felipe II ascendió también al trono portugués como legítimo heredero a la Corona tras el fallecimiento sin descendientes de su primo Sebastián (Felipe II era nieto de Manuel I de Portugal). La combinación de ambos imperios era demasiado enorme como para seguir incontestada y también como para hacer frente al desafío de responder.
Algunas posesiones portuguesas se perdieron o quedaron restringidas por las colonias holandesas y británicas vecinas, principalmente en África Occidental, Oriente Medio y el Lejano Oriente. Bombay fue entregada a los ingleses en calidad de regalo de bodas. Las colonias en las que la presencia de los portugueses fue real, como Macao, Timor Este y Goa, Angola y Mozambique, así como Brasil siguieron en manos portuguesas. Los holandeses trataron de conquistar Brasil y, en determinado momento, llegaron a controlar casi la mitad del país, siendo finalmente rechazados.
[editar] El declive del imperio español
El declive del imperio español se debió al agotamiento de las estructuras colonialistas vigentes y a las guerras que España libraba en Europa, lo que incentivó movimientos independentistas en América. (nota: parece que alguien vandalizó esta sección del artículo, yo escribí un pequeño esbozo, pero si es así por favor revertir a la sección anterior)
[editar] Oposición al Tratado de Tordesillas
Los países no ibéricos y los pueblos de América y Africa se negaron a reconocer el Tratado de Tordesillas. Francia, los Países Bajos e Inglaterra contaban con una larga tradición marinera y -pese a las prevenciones ibéricas- la nueva tecnología y los nuevos mapas acabaron llegando al norte. Por su parte los pueblos americanos ya habían poblado América y consideraron un acto ilegal e inmoral del Papa entregar tierras y poblaciones sobre la que no tenía derecho alguno.
La primera de estas expediciones fue la de Juan Caboto, un navegante italiano financiado por Inglaterra. Sería la primera de una serie de misiones francesas y británicas que exploraron América del Norte. En gran parte, España había ignorado la parte norte del Continente Americano ya que estaba menos poblado y tenía menos riquezas que América Central. Los viajes de Caboto, Jacques Cartier y otros pretendían encontrar el Paso del Noroeste y, mediante él, tener acceso a las riquezas de Asia. Jamás se descubrió dicho paso pero las exploraciones revelaron otras posibilidades y a principios del siglo XVII empezaron a asentarse los primeros holandeses del centro de la tierra.
Fueron los países del norte los grandes rivales de los portugueses en África y en el Océano Índico. Los navíos holandeses, franceses e ingleses empezaron a hacerse con el monopolio portugués, fundando fuertes y colonias propias. Poco a poco disminuyó el porcentaje con el que portugueses y españoles participaban en el comercio oceánico. Los recién llegados llegaban a rodear sus dominios más valiosos (como con Hong Kong, frente a la colonia portuguesa de Macao). También les tomaron la delantera en la exploración de las últimas regiones desconocidas del Océano Pacífico y de la costa oeste de América del Norte, que eran parte de la "zona española" del reparto del Tordesillas. Exploradores holandeses como Willem Jansz y Abel Tasman exploraron las costas de Australia mientras que en el siglo XVIII fue el marino británico James Cook quien cartografió gran parte de la Polinesia.
En general el colonialismo ha sido considerado por las Naciones Unidas por un acto de desconocimiento de los derechos humanos y del derecho a la autodeterminación de los pueblos, sin legitimidad alguna.
[editar] Efecto sobre Europa
La Era de los Descubrimientos tuvo importantes efectos históricos. En Europa, las economías del Mediterráneo habían sido las más importantes del continente; regiones como Italia y Grecia habían sido las más ricas y poderosas. A partir de la Era de los descubrimientos el centro de desarrollo, impulsado por la nueva economía del Atlántico, pasó a estar dominada por los estados de Europa Occidental, primero España y Portugal, y luego Francia, Inglaterra y Holanda.
La etapa de las exploraciones, fue seguida por una extracción masiva de productos americanos, fundamentalmente oro y plata y la imposición del monopolio español, que llevó a una generalización del comercio transoceánico. La importancia del comercio fue tal que los señores feudales perdieron su condición de clase más poderosa de la sociedad, siendo reemplazados por los banqueros, comerciantes y mercaderes. Con el tiempo, en Gran Bretaña, Francia y otros países, la burguesía llegaría a hacerse con el dominio total de la política y el gobierno, hasta imponer un nuevo sistema económico: el capitalismo.
[editar] El final de las exploraciones
Se dice que la época de las exploraciones acabó a comienzos del siglo XVII. Para entonces los navíos europeos estaban lo suficientemente bien construidos y existía una marinería lo suficientemente capaz de navegar hacia cualquier lugar del planeta. Naturalmente, las exploraciones siguieron. Los mares árticos y antárticos no se exploraron hasta el siglo XIX. También la penetración europea hacia el interior de continentes como América del Norte y África fue más lenta de lo que lo fue la colonización de sus costas.
[editar] Véase también
[editar] Referencias
- CIPOLLA, Carlo European Culture and Overseas Expansion
- O'SULLIVAN, Daniel, The Age of Discovery
- PARRY J.H., The Discovery of the Sea
- BOIES PENROSE, Travel and Discovery in the Renaissane: 1420-1620
[editar] Enlaces externos
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