Usuario:Napoletano/Segunda Guerra Mundial
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[editar] La guerra después de la invasión de Pearl Harbor
[editar] La Batalla del Atlántico
[editar] Recuperación británica: abril 1941 - diciembre 1941
Si por un tiempo pareció que los alemanes podían hacerle frente a la flota más poderosa del planeta, Gran Bretaña se recuperó de sus pérdidas, se reorganizó y tomó de nuevo la iniciativa en la batalla.
En 1941, el Almirante británico Percy Noble tomó el mando de la campaña antisubmarina en el Atlántico. Noble estaba convencido de la efectividad de los convoyes y adoptó medidas para regularizar la táctica. Ante la falta de buques de escolta, se utilizaron las corbetas, que eran baratas y ejecutaban la tarea de escolta de manera eficiente.
Los británicos empezaron entonces a recibir ayuda externa, primero de Canadá, que comenzó a escoltar los buques mercantes desde la mitad de la travesía del Atlántico, luego de Estados Unidos, que empezó a prestar destructores a Gran Bretaña a cambio de bases en el Océano Pacífico. Además, el gobierno de los Estados Unidos dio la orden secreta de atacar a todos los submarinos alemanes aislados que encontraran, a pesar de que aún no estaban en guerra oficialmente con Alemania.
Debido a que Canadá escoltaba a los convoyes en la parte occidental del Atlántico, y Gran Bretaña lo hacía desde la parte oriental, los U-Boots tuvieron que atacar en el centro del océano, donde los convoyes estaban más desprotegidos. Las costas de Sierra Leona también sirvieron de cementerio para una gran cantidad de convoyes.
En esta época, los criptoanalistas de Bletchley Park lograron desarrollar el programa Ultra, que permitía descifrar la máquina criptográfica alemana Enigma, una tecnología que sin duda posibilitó a los aliados localizar con mayor facilidad a los submarinos alemanes. Poco después los aliados también pudieron detectar el origen de las transmisiones de radio de los submarinos, consiguiendo otra arma tecnológica importante contra Alemania.
En marzo de 1941, la Kriegsmarine sufrió un duro golpe cuando en un mismo mes, cuatro de los Ases de los Abismos - Otto Kretschmer, Joachim Matz, Joachim Schepke y Günther Prien - fueron capturados o muertos en batalla.
Cuando el Almirantazgo británico se enteró de la aparición del acorazado Bismarck en el Atlántico, se inició la cacería. Si bien el acorazado alemán se defendió de forma extraordinaria contra sus perseguidores, destruyendo al HMS Hood y dañando seriamente al novísimo acorazado Prince of Wales, sufrió algunas averías que disminuyeron su velocidad de escape. Posteriormente unos viejos aviones biplanos (Swordfish) lanzados desde el portaaviones Ark Royal lo alcanzaron y lo dañaron gravemente, permitiendo que la escuadra británica bajo el mando del almirante Tovey enviada a cazarle lo alcanzaran y hundieran finalmente en mayo de 1941. De esta manera, la lucha naval de superficie alemana prácticamente se acabó, y desde entonces todas las esperanzas de la Kriegsmarine recaerían sobre los U-Boots.
[editar] El segundo tiempo feliz: enero 1942 - febrero 1943
Aunque Estados Unidos declaró la guerra a Alemania en 1941, su participación en el Atlántico fue casi nula ese año. Sin embargo, el presidente Franklin Delano Roosevelt siempre pensó en ganar la guerra primero en Europa y luego ir contra Japón, por lo que insistió en la necesidad de limpiar el Atlántico de submarinos alemanes antes de enviar a los soldados estadounidenses a Europa.
Inesperadamente, la incursión estadounidense contra Alemania tuvo un efecto contraproducente para los aliados. Los estadounidenses no tenían mucha confianza en la táctica de los convoyes y dudaban en usarlos. Además, los submarinos alemanes ahora podían enfrentarse abiertamente a los buques mercantes norteamericanos, que hasta entonces habían navegado por las aguas del Mar Caribe despreocupadamente.
En enero de 1942, la cifra de hundimientos era de 180 mil toneladas, algo inaceptable para la Kriegsmarine. Sin embargo, las cifras de hundimientos por U-Boots se empezaron a disparar rápidamente, ya que los estadounidenses le dejaban el trabajo fácil a los lobos de mar. Debido a que todavía no se obligaba a apagar las luces de las ciudades costeras de Estados Unidos, los submarinos alemanes encontraban fácilmente los puertos y se detenían en la entrada a esperar que zarpase un buque mercante. De esta manera, a pesar de que sólo doce U-Boots podían hacer el viaje hasta la costa este de los Estados Unidos, se logró superar en junio la cifra de 700 mil toneladas mensuales, que según Dönitz era suficiente para bloquear a Gran Bretaña.
Aunque el Comandante de la Flota del Atántico, el estadounidense Ernest King, rechazaba completamente a los convoyes asegurando que no disponían de los destructores para poder proteger los convoyes y los transportes de soldados al mismo tiempo, las altas cifras de hundimientos lo obligaron a implementar en julio el sistema de convoyes en el Atlántico, hundiendo inmediatamente siete U-Boots. Sin embargo, como King lo temía, se dejaron muchas zonas sin proteger, y los submarinos alemanes se trasladaron al Golfo de México y a las costas frente a Venezuela, hundiendo muchos petroleros.
Finalmente, los submarinos alemanes llegaron a sumar 300 en agosto, otorgando a Dönitz los recursos suficientes para poner en práctica la "manada de lobos" a plenitud. De esta manera, las cifras de hundimientos, que habían estado bajando desde la implementación de los convoyes en Estados Unidos, aumentaron de nuevo para noviembre.
El Almirante Dönitz logró por fin demostrar la utilidad de los submarinos en la economía de guerra, y eventualmente fue promovido a Gran Almirante de la Flota, mientras que el Almirante Raeder fue depuesto de su cargo al perder varios cruceros en el Mar de Barents. Desde entonces, Alemania se dedicó a construir submarinos.
[editar] Derrota de la Kriegsmarine: mayo 1943 - septiembre 1943

No obstante, el peligro estaba sobrevalorado, puesto que la mayoría de los mercantes hundidos no se dirigían a Inglaterra, pero el presidente Roosevelt consideraba todavía el Atlántico demasiado peligroso como para enviar a las tropas a Europa.
El almirante Dönitz tenía grandes planes para 1943. Dado que los puertos enemigos se habían vuelto muy peligrosos, decidió enfocarse de nuevo en la brecha del centro del Atlántico. Para marzo de 1943, los submarinos habían hundido 600 mil toneladas de buques, y la inmensa mayoría de estos se dirigía a Inglaterra, lo que confirmaba la confianza alemana.
Sin embargo, al dar Roosevelt la orden de limpiar el Atlántico, fue colocado en el mando de los Accesos Occidentales al Almirante Max Horton, que incrementó la protección de los convoyes, y con los buques que sobraban organizó escuadrones "cazasubmarinos", que rondaban por una zona esperando encontrar un submarino alemán y hundirlo. Además, se mejoró el sonar y se perfeccionó el lanzamiento de cargas de profundidad, llegándose a lanzar hasta 24 cargas por la proa con mayor precisión. Por último, los nuevos aviones con alta autonomía de vuelo disponían de un potente radar que les permitía localizar fácilmente a los submarinos y, como contaban con sus propias cargas de profundidad, podían atacar a los U-Boots sin esperar ayuda. Repentinamente, los submarinos empezaron a ser hundidos rápidamente gracias a la superior tecnología aliada.
El mayor desastre para la Kriegsmarine ocurrió en mayo de 1943. El convoy ONS-5 fue atacado por muchas "manadas de lobos", sumando 50 submarinos en total, que libraron una lucha brutal en el Atlántico. Sin embargo, sólo un tercio de los barcos del convoy fueron hundidos, siendo echados a pique 41 submarinos alemanes. La carnicería fue tan grande que Dönitz retiró todos los submarinos del Atlántico Norte, ya que, como posteriormente escribió en su diario, se dio cuenta de que Alemania había perdido la batalla del Atlántico.
En septiembre, Alemania contaba con los nuevos torpedos acústicos y una nueva clase de submarinos llamados "clase Walter". Estos descubrimientos motivaron que Dönitz intentara suerte de nuevo en el Atlántico Norte, y aunque los U-Boots obtuvieron algunas victorias, 25 de ellos nunca regresaron a puerto. A principios de 1944, Dönitz volvió a enviar a sus submarinos a la mar, pero esta vez la derrota alemana fue evidente: 37 submarinos fueron hundidos, hundiendo sólo tres buques mercantes. Lo peor de todo es que la mayoría ni siquiera había podido salir del golfo de Vizcaya, donde estaban la mayoría de los puertos alemanes.
[editar] Resultados finales
Los submarinos alemanes hundieron en total 2.848 buques mercantes, que equivalen a 14 millones de toneladas. La teoría del Almirante Dönitz jamás pudo comprobarse, ya que incluso en los dos "Tiempos Felices", Gran Bretaña nunca estuvo en peligro de ser bloqueada completamente. Además, ningún barco de transporte de tropas estadounidenses fue hundido en la guerra. La mayoría de las victorias alemanas fueron ocasionadas más que todo por la desorganización aliada o la falta de buques suficientes para proteger los convoyes. Una vez que los estadounidenses, los canadienses y los británicos coordinaron sus esfuerzos, no sólo lograron brindar apoyo casi total a sus rutas de transporte, sino que pudieron dejar el papel defensivo de los convoyes y tomar el papel ofensivo de los escuadrones "cazasubmarinos". El desarrollo de nuevas tecnologías y nuevas tácticas en ambos bandos inclinaron la balanza de un lado al otro, pero al final, Alemania no pudo hacer frente a las potencias tecnológicas angloparlantes. Por el lado alemán, el porcentaje de bajas fue alarmente: de los 1.170 submarinos alemanes que participaron en la Segunda Guerra Mundial, 785 fueron hundidos por los aliados, sin contar los que fueron hundidos en tormentas o desaparecieron. En total, el 75% de los submarinos fueron hundidos o capturados, un porcentaje de bajas más alto que la de los kamikazes.
[editar] Campaña en África del Norte

A pesar de sus continuas derrotas, Mussolini seguía empeñado en apoderarse de Egipto y los pozos petrolíferos de Medio Oriente, por lo que envió a Egipto, el 13 de septiembre de 1940, una fuerza de 200 mil hombres desde Libia, en aquel entonces una colonia italiana. Después de avanzar menos de 65 kilómetros dentro de Egipto, los italianos se atrincheraron en una línea defensiva en Sidi Barrani.
El ejército británico conformado por australianos e indios no pasaban de 35 mil hombres, pero poseían una cantidad mayor de tanques, que además, eran más avanzados que los blindados italianos. El 8 de diciembre los tanques británicos pasaron entre los puntos débiles de la línea defensiva de Sidi Barrani y después de aislar campamento tras campamento, fueron destruyéndolos(véase Operación Compass). La derrota italiana fue abrumadora, un general murió y 38 mil soldados italianos se rindieron, sin embargo, las cosas iban a empeorar aún más para el ejército de Mussolini.
La retirada italiana, completamente desordenada, escapó al oeste pero tomó la ruta de la costa para alejarse del desierto abierto del sur, terreno indiscutible de los tanques. El General Archibald Percival Wavell tomó la ruta del sur y cerca de Beda Fomm cortó la retirada italiana, capturando cerca de 130 mil italianos.
La derrota devastó la moral italiana y Mussolini pidió ayuda a Hitler para expulsar a las tropas aliadas que en cualquier momento podrían atacar Túnez y de allí saltar a Italia. Hitler respondió enviando a Erwin Rommel, posteriormente apodado el Zorro del Desierto, y al V Regimiento Panzer, que al recibir mayores refuerzos sería conocido como el Afrika Korps. Cuando Rommel llegó a África recibió la ordén de mantener la línea. Sin embargo, el primer ministro inglés sir Winston Churchill, subestimando la amenaza alemana, retiró tropas de África para ayudar en la defensa de Creta, que estaba siendo invadida por paracaidistas alemanes (ver Batalla de Creta). Cuando Rommel se percató de la debilidad del frente y de la larga línea de suministros de los defensores, atacó por iniciativa propia, empujando a los británicos a las posiciones iniciales de su ofensiva meses atrás (véase Operación Sonnenblume). Sin embargo, el Afrika Korps no pudó tomar Tobruk, que fue sitiada.

Inmediatamente los británicos intentaron recuperar el control del importante puerto de Tobruk, pero fracasaron. Un segundo intento británico no arrojó resultados favorables, peor aún, un contraataque de Rommel arrebató a los británicos todo territorio ganado en sus ofensivas anteriores. Después de estas derrotas, el comandante británico Archibald Wavell fue reemplazado por Claude Auchinleck, que reorganizó completamente el XIII Ejército y después de recibir siete divisiones de reemplazo, lanzó el 18 de noviembre de 1941 la Operación Crusader, que consistía un contraataque contra el Afrika Korps, que estaba casi sin provisiones. Crusader fue un éxito, y Rommel tuvo que retirarse a El Ageila, donde había comenzado su brillante ofensiva ocho meses atrás.
Después de recibir tardíamente los recursos que tanto necesitaba, Rommel reinició el ataque y después de ganar la Batalla de Gazala, empujó a los británicos hasta más allá de la frontera con Egipto. Molesto, Churchill reemplazó a Auchinleck con el General Bernard Montgomery. Consciente de que Rommel tenía pocas provisiones de nuevo, Montgomery repelió ataque tras ataque alemán, permitiendo que se estabilizase el frente, ya que el tiempo lo ayudaba. Rommel observó impotente, como su táctica de atacar por el flanco a su enemigo era inútil, ya que al sur del frente se encontraba la Depresión de Kattara y se formaba un cuello de botella para el paso de los tanques.
Finalmente, a finales de octubre de 1942, en la llamada Segunda Batalla de El Alamein, las tropas británicas, superiores en tanques, suministros y soporte aéreo, lograron neutralizar a los pocos tanques sin combustible que le quedaban a Rommel, y lo empujaron hasta más allá de Trípoli, conquistando este importante puerto y privando al Afrika Korps de importantes recursos.
Mientras tanto los norteamericanos ponían en marcha la Operación Torch, y miles de soldados estadounidenses desembarcaban en el noroeste de África, experimentando una fuerte resistencia por parte de las tropas francesas de Vichy en Argelia. Después de tres días de intensos combates, el comandante de Vichy François Darlan se rindió, con la condición de seguir administrando Argelia, esta vez en nombre de la Francia Libre.
Mientras los nortemaricanos hacían desembarcos en el noroeste de Túnez, Rommel se encontraba atrincherado detrás de la Línea Mareth enfrentando a los británicos que venían de Libia. Sin embargo, a pesar de estar enfrentado a dos frentes, Rommel tuvó la audacia de llevar a cabo una ofensiva contra el depósito de suministros norteamericanos, en lo que se llamó la Batalla de Kasserine, que no cumplió su objetivo porque una división panzer independiente del mando de Rommel, no siguió el plan. Para cuando Hitler entregó el mando a Rommel de todas las tropas en Túnez, ya era demasiado tarde[1].
Enfermo, Rommel abandonó Túnez hacia Alemania, donde intento de convencer sin éxitó a Hitler para que iniciase la evacuación de las tropas alemanas en África. Montgomery intentó quebrar la Línea Mareth el 20 de marzo de 1943, pero esta fue restablecida rápidamente, no obstante, el 26 de marzo logró flanquearla. Entonces, las fuerzas británicas y estadounidenses juntas fueron apretando más y más el cerco sobre los alemanes, que se rindieron el 7 de mayo de 1943.
[editar] Expulsión alemana de Rusia
[editar] Características de la guerra soviético-alemana
La guerra de Alemania con la Unión Soviética adquirió caracteres únicos en cuanto a los ribetes fratricidas, terroríficos y dramáticos, las penurias impuestas tanto por la guerra como por las condiciones ambientales sobrepasaron en muchas oportunidades la capacidad de sufrimiento del ser humano. El hambre, el frío extremo, la vastedad del paisaje, el polvo y los lodazales, los partisanos, la falta de misericordia y la crueldad hacia el enemigo fueron de características únicas en este escenario.
Hitler emitiría la siguiente directiva Kommissar Befehl, que era la orden de asesinar a todos los comisarios políticos prisioneros capturados, sin previo juicio y sumariamente. Esta medida fue contraproducente, ya que alentó a la más duras de las resistencias, ya que dispuestos a no dejarse coger con vida, los comisarios políticos estimularon la resistencia a ultranza de oficiales y soldados con un derroche de vidas aterrador. Masas de soldados eran lanzadas como carne de cañón sobre las posiciones alemanas teniendo una ametralladora a sus espaldas, el retroceso y la cobardía se pagaban en el acto.
Los nacionalistas ucranianos y de los países bálticos acogieron al principio a los alemanes como libertadores del yugo ruso. Pero cuando comprobaron que los nazis les trataban como a una raza inferior, la invasión perdió rápidamente el apoyo popular. En cambio Stalin hizo resucitar todos los viejos mitos patrióticos y nacionalistas, superados por la revolución, para impulsar la resistencia popular. La prensa soviética bautizó la guerra "La Gran Guerra Patria" y una nueva revista llamada "Eslavos" fue hecha circular, en un intento de unificar a todos los países de raza eslava contra Alemania, este publicación se llegó a distribuir hasta en Sudámerica.
Una situación que sorprendió a los alemanes fue el uso de perros como elementos antitanques, estos perros eran entrenados para situarse bajo un tanque por instinto pavloviano, pues se les había entrenado colocando comida debajo de los tanques. El cánido portaba una bomba en las grupas que era accionada por una asa perpendicular que se doblaba al meterse el perro bajo el tanque y causaba la explosión del dispositivo.
Pronto los rusos, más aún los de la región de Crimea, Lituania y Ucrania comprendieron que la intención alemana era su exterminio, ya que los oficiales se hacían la vista gorda con los robos a las granjas y las violaciones de las mujeres. Las matanzas de Kiev, Smolensko y otros lugares por los batallones de la muerte, los Einsatzgruppen a cargo de las SS, despejaron todas las dudas acerca del destino que les esperaba. En este punto, tantos los militares como los civiles se empezaron a defender hasta la muerte, con un empecinamiento y un espíritu de lucha que sorprendió a los alemanes. Por primera vez en la historia, los alemanes observaron soldados mujeres entre los cadáveres de los puestos defensivos destruidos, asimismo el papel de apoyo que prestó la mujer al soldado combatiente fue vital para mantener la moral combativa de los hombres, ya sea que servían como oficiales de enlace, radiotelefonistas, o bien estaban a cargo de emplazamientos artilleros o brigadistas de tanques.
Por otro lado, las actividades de los partisanos hacían para los alemanes, el internarse en un bosque o servir de enlace, equivaliera a un pase a la muerte. Durante la batalla de Moscú, la actividad partisana al este de Smolensko mantuvo en jaque por semanas a los ejércitos del Reich. Hubo momentos en que parecía que el final soviético estaba a las puertas en cuanto a moral combativa, las deserciones en masa se sucedían en todas partes, los rusos se pasaban para el lado alemán (se les denominó hiwis, incluso se formaron batallones cosacos con uniforme alemán). Súbitamente, el Ejército Rojo logró un sorprendente grado de recuperación muy superior al alemán. Este mecanismo sinérgico se debía a la ayuda aliada de acuerdo a la ley de préstamos y arriendos que le facilitó la Gran Bretaña con equipos, tanques y aviones estadounidense. La flexibilidad con que actuaban los altos mandos, la determinación de defender el suelo patrio, la probable suerte que les esperaría a manos alemanas y sobre todo el terror impuesto por los comisarios políticos en las filas fueron fundamentales para mantener motivado al Ejército Rojo. La aparición del tanque T-34, muy superior al MK IV de los alemanes fue una de las bazas de la resistencia rusa.
[editar] Desastre alemán en Stalingrado
Durante la batalla de Stalingrado, (de agosto de 1942 a enero de 1943), el ejército alemán luchó encarnizadamente por conquistarla. La ciudad fue bombardeada hasta quedar convertida en ruinas, pero así fue más fácil defenderla para los rusos. El VI Ejército alemán ocupó las principales áreas de la ciudad, pero esto no disminuyó la intensidad de la lucha.
El 19 de noviembre se desató la Operación Urano. Los soviéticos habían estado colocando tropas en ambos lados de Stalingrado, formando unas pinzas alrededor de la ciudad. El 23 de noviembre esas pinzas se cerraron sobre Stalingrado, atrapando a 300 mil soldados del Reich. Al mismo tiempo, la Operación Marte intentó atrapar a más soldados alemanes en Smolensk, pero fracasó.
La OKW empezó entonces a enviar tropas desesperadamente contra Stalingrado, en un intento de liberar al VI Ejército cercado. El 12 de diciembre tres divisiones Panzer intentaron acercarse a la ciudad en la llamada Operación Wintergewitter, pero se detuvieron a 65 kilómetros de su objetivo. En aquel momento, los soldados alemanes atrapados estaban en condiciones demasiado severas, sin abrigo y comida, como para esperar un intento de ruptura desde adentro.
El 31 de enero de 1943, 90 mil sobrevivientes de Stalingrado se rindieron a la Unión Soviética. Además, el II Ejército Húngaro fue barrido también.
Stalingrado marcó varios hitos: la primera derrota alemana importante en la guerra, el punto de mayor avance en la Unión Soviética y la batalla más sangrienta de la Historia, además Friedrich Paulus fue capturado, siendo el primer Mariscal de Campo alemán en ser capturado vivo en la historía. Todos los historiadores están de acuerdo de que aunque todavía quedaban por delante más de dos años de guerra, Alemania empezó a perderla en Stalingrado. Stalin diría para esa fecha: "Sorge salvó a la Unión Soviética", ya que los informes que suministró a Stalin, fueron valiosísimos para el retiro de fuerzas siberianas desde los fronteras orientales y destinarlas a Moscú y Stalingrado, estas tropas combatieron bien en ambientes extremos. Lamentablemente, la Abwehr descubrió las actividades de espionaje de Sorge y fue detenido por la Kempei Tai (el equivalente japonés de la Gestapo). A pesar de las negociaciones de Stalin, Sorge fue ejecutado en la horca el 7 de noviembre de 1944.
Los rusos avanzaron 500 km más allá de Stalingrado, ocupando Kursk y Jarkov. Sin embargo, el general Erich von Manstein lanzó una contraofensiva el 20 de febrero que les permitió recuperar Jarkov. Este ataque de von Manstein al sur de la ofensiva soviética dejó un saliente en el frente, cuyo centro estaba exactamente sobre Kursk.
[editar] Operación Ciudadela
Con esta situación en el frente, Hitler vió la oportunidad perfecta para emprender una ofensiva que le permitiría a Alemania retomar la iniciativa en la guerra. Atacar en Kursk era una jugada peligrosa, sus generales le recomendaron a Hitler que no atacara, sino que de ahora en adelante Alemania debería luchar a la defensiva. Hitler los ignoró y empezó a mover tropas de otros frentes hacia el saliente de Kursk, con el objetivo de atrapar a los soldados enemigos que se encontraban allí. Secretamente, Zhukov empezó a mover tropas para fortalecer el saliente, después de que la inteligencia de su país le informara de los planes alemanes.
El ataque sobre el saliente de Kursk fue llamada Operación Ciudadela, aunque hoy en día se conoce como la batalla de Kursk. Los alemanes juntaron casi un millón de hombres para esta operación, así como 2.700 tanques y 10 mil cañones de artillería. Por su parte, los soviéticos casi llegaron al millón y medio, así como 3.600 tanques y el doble de cañones.
Todo estaba preparado para la mayor batalla de tanques de la historia, y Alemania debía derrotar completamente al Ejército Rojo, porque no contaba con las reservas para iniciar otra ofensiva. Hitler conocía la importancia de esta operación y por eso declaró:
"Esta operación es de una importancia fundamental. Debe concluir con un rápido y decisivo éxito. Cada jefe y cada soldado habrán de ser debidamente preparados para que se den cuenta de la importancia decisiva de esta ofensiva. La victoria de Kursk será un faro que iluminará al mundo."
El ataque comenzó el 4 de julio. Por la tarde Junkers Ju 87 Stuka bombardearon en las líneas del norte, a la vez que se iniciaba el ataque de artillería. A las 22:30 los soviéticos replicaron con un bombardeo de la artillería que, ayudado por la lluvia torrencial, retardó el avance alemán.
El 5 de julio de 1943, los soviéticos, conociendo la hora exacta del ataque alemán, comenzaron un bombardeo masivo de la artillería sobre las líneas enemigas 10 minutos antes, seguido por un ataque masivo por parte de la aviación rusa contra la Luftwaffe en sus bases, en una tentativa de emular la táctica alemana de eliminar la aviación enemiga dentro de la primera hora de la batalla. Las horas siguientes se convirtieron en la mayor batalla aérea de la historia. El IX Ejército Panzer en el norte se encontró casi incapaz de moverse. A los pocos minutos de avanzar fue atrapado en los campos minados.
Después de que en una semana los alemanes hubieran avanzado solamente 10 kilómetros, los soviéticos lanzaron un ataque contra el II Ejército en Orel. En el sur las operaciones iban algo mejor para los alemanes. La punta de lanza del IV Ejército Panzer, comandada por el Coronel Hermann Hoth, llegó a Prokhorovka. En este empalme ferroviario se libró entonces una batalla de mil tanques, considerada por algunos historiadores como la mayor de la historia.
Sin embargo, a pesar de la cantidad de bajas alarmante en el bando soviético, la enorme reserva de hombres ayudó a solventar fácilmente las pérdidas del Ejército Rojo. Por el lado alemán la situación era diferente, ya que a pesar de que las bajas eran inferiores, cada una era un sacrifico que Alemania no podía darse el lujo de afrontar.
Lejos aún de su objetivo, a Hitler le llegó la noticia de que tropas británicas y estadounidenses acababan de desembarcar en Sicilia el 10 de julio (ver Operación Husky), los peores temores de los generales de Hitler se hicieron realidad: acababan de perder cientos de miles de soldados y no habían ganado casi nada. Hitler ordenó suspender la ofensiva y retiró tropas del frente oriental hacia el frente de Italia, aunque muchas de estas se encontraban en el campo de batalla cuando les llegó la orden.
En la batalla de Kursk, Alemania perdió medio millón de hombres, mil tanques y 200 aviones. Por su parte, la Unión Soviética perdió 600 mil hombres y 1500 tanques, así como mil aviones. Sin embargo, éste país reemplazó en poco tiempo a los soldados perdidos, pero estas pérdidas fueron insostenibles para Alemania, y nunca más volvió a realizar una ofensiva a gran escala. El impulso alemán en la Segunda Guerra Mundial se perdió para siempre, y por primera vez, muchos generales alemanes se dieron cuenta de que su país iba a perder la guerra.
[editar] La "Rumyantsev"

Aprovechando que los alemanes estaban distraídos por su propia ofensiva, el Frente Oeste del Ejército Rojo se lanzó contra Smolensk, que fue liberada finalmente el 25 de septiembre. Sin embargo, el avance soviético hacia el río Dnieper fue tan rápido e imprevisto, que el II Ejército al mando de Walther Model casi fue aislado. Al norte del saliente de Kursk, en el Frente de Bryansk, se inició otra ofensiva soviética, tomando Orël en una semana y haciendo retroceder a los alemanes 120 kilómetros.
El 3 de agosto, se inició la operación Rumyantsev en los frentes de Voronez y de la Estepa, sorprendiendo a los alemanes de nuevo, ya que su inteligencia les había informado que estos dos frentes soviéticos habían sufrido serias bajas en la batalla de Kursk. Esta información era verdadera, pero Alemania volvió a subestimar los enormes recursos humanos que poseía el Ejército Rojo. La Rumyantsev logró liberar a Belogrado en el segundo día. El 21 de agosto, Jarkov también fue liberada por segunda vez en la guerra, si bien esta vez definitivamente.
Alemania se encontró entonces enfrentando ofensivas desde todos los frentes soviéticos cuando el Frente Centro, el Frente Suroeste, y el Frente Sur iniciaron sus propias operaciones también. El 23 de septiembre, el Ejército Rojo logró cruzar el Dnieper.
Si bien las operaciones soviéticas de 1943 se anotaron una gran victoria al aislar las fuerzas alemanes en Crimea y al liberar Kiev, los alemanes pensaron que el agotamiento haría que las ofensivas se suspendieran durante el invierno. Lo que la OKW no sabía es que al mismo tiempo, en el Kremlin ya estaba planificando la liberación de Ucrania ese mismo año.
En la madrugada del 24 de diciembre de 1943 los soviéticos irrumpieron a lo largo de todo el frente al oeste de Kiev, empezando con un ataque de artillería contra el Grupo de Ejércitos Sur. El asalto de la infantería posterior logró hacer retroceder a los alemanes 32 kilómetros, sin embargo, inmediatamente se iniciaron las lluvias, con lo que se redujo bastante el ritmo soviético. De todas maneras, para el 5 de enero de 1944, se había abierto una brecha de 240 kilómetros de ancho y 80 kilómetros de profundidad, cortándose la comunicación entre el Grupo de Ejércitos Norte y Sur.
Al disminuir las lluvias, la ofensiva soviética se disparó de nuevo, y entre las ciudades de Korsun y Cherkassy, en Ucrania, se atraparon a medio millón de soldados del Reich. De esta manera, quedó cada vez más claro que la situación alemana en Ucrania era insostenible, sin embargo, Hitler se negó a ordenar una retirada general. En abril cayó Odessa y Sebastopol un mes después.
Después del desastre de Smolensk, el Grupo de Ejércitos Centro y Norte habían logrado recuperarse y habían mantenido al Ejército Rojo alejado del Dnieper en el norte. Sin embargo, en enero de 1944, los frentes del Norte se activaron de nuevo, permitiendo finalmente el levantamiento del cerco de Leningrado, aunque buena parte de los habitantes ya habían muerto para entonces. Poco después, Nóvgorod también fue liberada y en febrero el avance soviético se detuvo en la frontera con Estonia, después de haber movido 100 kilómetros el frente.
[editar] La Operación Bagration
Con el frente en el sur muy aislado, el Alto Mando Soviético concluyó que lo mejor sería avanzar por Bielorrusia también, ya que si las tropas soviéticas continuaban avanzando por Ucrania extendería peligrosamente las líneas de suministros[2]. Finalmente se llegó a elaborar la Operación Bagration, cuyo objetivo sería empujar el frente más allá de Minsk. Los alemanes, por su parte, habían estado retirando tropas de Bielorrusia, ya que esperaban un ataque más al sur, frente a Lvov.
El 6 de junio, las tropas angloamericanas por fin desembarcaron en Europa, aliviando la presión que existía en el Frente Oriental. El 23 de junio, la Operación Bagration se desencadenó, y los resultados fueron palpables en menos de 24 horas. De esta manera, para el 27 de junio las fuerzas alemanas en Vitebsk habían sido aniquiladas, mientras que el IX Ejército Alemán, unos 70 mil hombres, había sido capturado casi en su totalidad.
Mientras tanto, el IV Ejército alemán, batiéndose en retirada desde Orsha, se tuvo que detener en el río Beresina, porque Hitler le prohibió retroceder más. Cuando el desastre era inminente, el comadante del IV Ejército desobedeció las órdenes, pero aún así miles murieron cruzando el río o fueron hechos prisioneros.
Por otro lado, el Grupo de Ejércitos Norte también sufría una seria paliza, ya que muchas tropas se retiraron al sur, hasta Minsk, donde fueron cercadas el 3 de julio. Una semana después, la ciudad caía, contabilizándose unos 43 mil alemanes muertos. Inmediatamente, el Ejército Rojo avanzó hacia Lituania, tomando Vilna rápidamente.
Finalmente, el 29 de agosto, el avance soviético se detuvo. Para ese momento, el II Frente Bielorruso estaba a menos de 80 kilómetros de Prusia del Este, en aquel momento parte de Alemania. Más al sur, el I Frente Bielorruso había entrado a Polonia y cruzado el río Vístula, además parte importante del Grupo de Ejércitos Norte no se había podido retirar y había quedado aislado en Curlandia. Después de avanzar casi 600 km en un frente de 1.120 km, los estados del Báltico habían sido liberados, y sólo era cuestión de tiempo para que Polonia fuera ocupada por la Unión Soviética. Además, en el sur, el avance sobre Ucrania finalmente se había completado, y el 23 de agosto, el gobierno pro-alemán de Rumania fue derrocado. El 12 de septiembre, Rumania se rindió, y los Balcanes fueron abiertos completamente al Ejército Rojo.
En total, la Operación Bagration aniquiló a 16 divisiones alemanas y causó fuertes bajas a otras 50 divisiones[2]. Con los aliados desembarcando en Francia al oeste, y habiendo perdido más de 700 mil hombres en el este en los últimos tres meses, era obvio que la Wehrmacht debería tomar medidas extraordinarias si quería evitar que los soviéticos entraran al corazón de Alemania.
[editar] Campaña aliada en Italia
[editar] Invasión de Sicilia

Después de la victoria aliada en el norte de África, quedó la opción de invadir el sur de Europa. Con Stalin presionando para abrir un segundo frente en Europa, tanto Estados Unidos como Gran Bretaña sabían que tenían que desarrollar una estrategia en el Mediterráneo. Debido a que Estados Unidos contaba con un enorme ejército, estos sugirieron una invasión anfibia en el sur de Francia, algo que fue rechazado por el Almirantazgo británico, alegando que con una serie de operaciones desde las islas del Mediterráneo sobre Europa podrían debilitar gradualmente al enemigo, eventualmente se podría realizar un desembarco en Europa, si bien Churchill prefería que este ocurriera en los Balcanes, con el objetivo de limitar la futura zona de influencia soviética. Al final, todos concluyeron que lo mejor sería invadir Italia, que consideraban más díficil de defender, con lo que traerían a varias divisiones alemanas a un teatro secundario de operaciones, lo que significaba un sacrificio muy grande a Alemania, ya que la Wehrmacht tenía escasez de hombres. Además, la captura de Roma significaría el inicio del desmoronamiento del Eje Roma-Berlín-Tokio, lo que simbólicamente tenía un gran significado.
El 10 de julio de 1943, el VIII Ejército del británico Bernard Montgomery desembarcó en cerca de Siracusa mientras que e VII Ejército del estadounidense George Patton desembarcaba cerca de Gela. A pesar de que Mussolini había insistido en que solamente divisiones italianas defendieran Sicilia, dos divisiones panzer al mando del general Albert Kesselring se encontraban en la isla. Debido al rápido derrumbe italiano, Kesselring se retiró al noroeste del Monte Etna, con el objetivo de mantener libre la vía de escape a Mesina. Montgomery avanzó rápidamente hasta las faldas del Etna, cuando su ofensiva fue parada en seco. Por su parte, Patton avanzó libremente hasta liberar Palermo el 22 de julio. Después de perder varios días en la línea defensiva de Santo Stefano, los dos ejércitos aliados iniciaron una carrera a Mesina. Varios intentos aliados por realizar desembarcos anfibios en los flancos enemigos fracasaron, pero eventualmente la resistencia fue rota y Patton llegó primero a Mesina el 17 de agosto. Sin embargo, para aquel momento, la mayoría de las fuerzas enemigas ya habían escapado de Sicilia. El propio Kesselring se había logrado escapar con suerte un día antes de la llegada de Patton.
[editar] Desembarcos en Italia
El desembarco en Sicilia generó acciones inesperadas en el gobierno italiano. Las sospechas aliadas de que los italianos tenían deseos de rendirse se confirmaron cuando el 25 de julio de 1943, el Gran Consejo Fascista decidió nombrar a Pietro Badoglio como Primer Ministro en lugar de Mussolini. Figuras claves como Galeazzo Ciano, Giuseppe Bottai y el propio rey Víctor Manuel III participaron en la traición y Mussolini fue arrestado y enviado a múltiples prisiones, con el objetivo de burlar a los posibles rescatistas. No obstante, Hitler jamás confió en Badoglio, que aunque afirmaba que Italia seguiría luchando al lado de Alemania, estaba iniciando las negociaciones para rendirse a los aliados. Por este motivo, cuando el 8 de septiembre los aliados declararon que Italia había firmado un armisticio, las tropas alemanas tomaron los puntos claves del gobierno e iniciaron la búsqueda de Mussolini. El 12 de septiembre, un comando de paracaidistas SS liderados por Otto Skorzeny, liberó a Mussolini de su cautividad en el Gran Sasso. Mussolini fue proclamado Primer Ministro de la República Social Italiana, cuya frontera sur era la línea Gustav. Desde entonces el poder real de Mussolini se extinguió y dependiendo completamente de Alemania para permanecer en el poder, todas las decisiones importantes fueron eventualmente tomadas desde Berlín. Mussolini, consciente de su frágil situación, se sumió poco a poco en un estado depresivo que alcanzaría niveles alarmantes al finalizar la guerra. Varios líderes fascistas escaparon de la venganza de Mussolini, pero su yerno Ciano fue atrapado y eventualmente ejecutado por soldados alemanes, sin que Mussolini pudiera intervenir en su favor.
La invasión de Italia continental fue planificada en tres operaciones no simultáneas: Baytown, Avalanche y Slapstick. Baytown se ejecutó el 3 de septiembre, cuando el VIII Ejército de Montgomery cruzó el estrecho de Messina y ocupó Calabria. La rendición masiva del ejército italiano dejó todo el peso de la defensa en Alemania. Sin embargo, la táctica alemana de destruir puentes y caminos retrasó el avance de Montgomery. El 9 de septiembre se ejecutó Slapstick, que estipulaba desembarcos en Tarento con el objetivo de obligar a las unidades alemanas, las italianas ya se habían rendido, a alejarse de Salerno, que es donde se iba a ejecutar Avalanche. Tarento fue rápidamente asegurada y pronto todas las miradas se volcaron a Salerno, que es donde debía ocurrir el principal desembarco.
Desde el principio, los planificadores se dieron cuenta de que Avalanche podía resultar mal. En efecto, la selección de Salerno como zona de desembarco había sido tomada polémicamente ya que Nápoles más al norte presentaba pocos posiciones para la defensa enemiga. Salerno fue seleccionada ya que el alcance de los aviones aliados no alcanzaba a Nápoles. La bahía de desembarco estaba rodeada por altas colinas, por lo que las tropas enemigas contaban con excelentes zonas para atrincherarse, además, la necesidad de desembarcar sorpresivamente implicaba que no se podría bombardear previamente las posiciones enemigas.
El desembarco en Salerno, comandado por el general americano Mark Wayne Clark, se inició el mismo día que el desembarco en Tarento al sur. Después de tomar las playas, un contraataque alemán causó altas bajas en las tropas aliadas, sin embargo, la artillería naval destruyó a los panzer que se acercaron a las playas. Las tropas invasoras intentaron moverse al sur, con el objetivo de contactar con Montgomery, pero la fuerte presencia alemana los hizo detenerse. Entre el 12 y el 14 de septiembre un contraataque alemán hizo retroceder a los aliados hasta su última línea de defensa, haciéndolos luchar con la playa en la espalda. Sin embargo, el oportuno uso de las tropas de reserva salvó a la fuerza de desembarco del desastre. Eventualmente la cabeza de playa fue asegurada y se pudó contactar al VIII Ejército de Montgomery en el sur.
El 16 de septiembre, el importante aeródromo de Foggia fue ocupado, y el 1 de octubre, Nápoles también.
En este punto de la guerra, los aliados ocupaban todo el sur de Italia con muchas más bajas de las previstas, fue entonces cuando los ejércitos aliados se chocaron de frente contra la llamada Línea Volturno, la primera de una serie de defensas construidas por los alemanes con el objetivo de ganar tiempo para construir la Línea Gustav, cuyo objetivo era frenar indefinidamente a los aliados en Italia. En este punto quedó claro que Winston Churchill se había equivocado al afirmar que Italia era el "suave vientre" del Tercer Reich. En efecto, la toma del sur de Italia no había sido barata y todavía le costaría a los aliados muchas más vidas.
[editar] La Línea de Invierno
Ante los rápidos avances aliados, Kesselring se alarmó ante la perspectiva de que los aérodromos del norte de Italia cayeran en manos enemigas, permitiendo incrementar el bombardeo sobre Alemania. Por ende, tomó la decisión de retener indefinidamente a los aliados en el centro de Italia, utilizando los Montes Apeninos como defensa natural. Se construyeron rápidamente dos líneas defensivas temporales, la línea Volturno y la línea Barbara, cuyo objetivo era permitir la construcción de una línea más poderosa: la línea Gustav. Al frente de esta línea y en su retaguarda, alrededor del área de Montecassino, se construyeron dos líneas que protegían el flanco occidental de Italia: la línea Bernhardt y la línea Adolf Hitler. Mientras los americanos sufrieron retrasos al cruzar las líneas Volturno y Barbara al oeste, los británicos cruzaron sin muchos problemas por el este, llegando a la misma línea Gustav, donde las fuertes nevadas decretaron el fin de la ofensiva británica por 1943. Las operaciones de invierno en el frente oriental italiano se limitaron a realizar incursiones y patrullas nocturnas.
Por el lado americano, la ofensiva continuó, pero después de seis semanas sufriendo 16 mil bajas, el V Ejército Estadounidenses sólo había logrado avanzar menos de 10 kilómetros, superando la línea Bernhardt. Para el 15 de enero de 1944, los aliados habían logrado expulsar a los alemanes bajo el mando de Heinrich von Vietinghoff del Monte Trocchio, si bien esto no podía considerarse como una victoria, ya que las expectativas aliadas habían sido mayores.
Como se consideraba que la manera más rápida de llegar a Roma era cruzando el valle del Liri, en el frente occidental italiano, se realizaron planes para desbordar las líneas defensivas alemanas rápidamente a través de un desembarco anfibio en la retaguardia de la línea Gustav, al mismo tiempo que se llevarían a cabo dos ataques a los flancos de la misma por el valle del Liri. Sin embargo, tanto el desembarco (véase Batalla de Anzio) como los ataques por el valle del Liri (véase Batalla de Montecassino) no arrojaron los resultados deseados, ya que tropas alemanas de relevo recién llegadas aislaron a los aliados en Anzio, y un puesto de observación en Montecassino proporcionó a la artillería alemana de la ventaja para neutralizar cualquier intento aliado de entrar al valle.
No fue hasta el 18 de mayo que un regimiento polaco conquistó la cima del Montecassino. Después los ejércitos aliados se dirigieron a la línea Adolf Hitler, desbordándola en una semana. Con los alemanes en retirada hacia el norte de Italia, las fuerzas aisladas en Anzio lanzaron un ataque para liberarse, formándose una oportunidad única para cortar la retirada a las fuerzas alemanas que venían desde el sur. Pero el generla Mark Wayne Clark dejó escapar a los alemanes, ya que prefirió dirigirse directamente a Roma para tener el honor de liberarla antes que los británicos.
El 4 de junio de 1944, los estadounidenses entraron a Roma. Sin embargo, esta victoria quedó opacada, no sólo por la enorme pérdida de vidas no estimada, sino porque dos días después se inició el Desembarco en Normandía y el frente de Italia quedo relegado en un segundo lugar definitivamente.
[editar] Conquista del Norte de Italia

Al abrirse el frente occidental, muchas tropas fueron trasladadas a Francia al mismo tiempo que los generales Dwight Eisenhower y Bernard Montgomery. El Comandante Supremo de las fuerzas en Italia, Harold Alexander, enfrentó desde entonces un retraso en sus planes, ya que había contado inicialmente con mayores y mejor experimentadas tropas.
A mediados de 1944, siguiendo los consejos aliados, los partisanos italianos habían limpiado la región alpina de Ossola y habían proclamado una república que había logrado el reconocimiento de Suiza. Sin embargo, debido a las acciones del general Clark, los alemanes contaron con suficientes tropas para retener a los aliados en el sur y aplastar a los partisanos en el norte, acabando con la república partisana antes de fin de año.
Las tropas alemanas que habían escapado gracias a las acciones del general Clark se dirigieron a toda prisa al norte, mientras que se prepararon dos nuevas líneas defensivas: una a la altura del Lago Trasímeno y la otra a lo largo del río Arno, estas líneas sirvieron de retraso a los aliados, dando tiempo para que Kesselring preparara la construcción de la línea Gótica a lo largo del río Foglia por el este, y al norte de Pisa y Florencia por el oeste, con los montes Apeninos separando ambos lados.
Una inesperada ofensiva aliada en el frente oriental de la línea Gótica logró penetrar las líneas alemanas y se logró llegar a San Marino el 14 de septiembre de 1944. La mayor parte de octubre se utilizó para limpiar el camino a Rávena, pero en diciembre la línea del frente ya había llegado a este pueblo y sólo el invierno y la escasez de hombres en las filas aliadas suministró a los alemanes de un respiro, ya que no habían esperado que la línea Gótica fuera rota ese año. Inmediatamente Kesselring preparó una nueva línea defensiva llamada Genghis Khan en el extremo oriental de Italia, ya que Clark no había logrado penetrar la línea Gótica en el oeste.
No fue hasta abril de 1945 que Alexander reinició su ofensiva en Italia logrando tomar finalmente Boloña. Por su lado, Clark avanzó hasta La Spezia y luego hacia Parma. Con el frente italiano desmoronándose, el general von Vietinghoff, Kesselring había sido enviado a defender al frente occidental, solicitó a Hitler una retirada detrás del río Po, pero éste se negó. Eventualmente von Vietinghoff decidió desobedecer las órdenes y ordenó la retirada, sin embargo ya era demasiado tarde porque un desembarco anfibio, una ofensiva blindada y un bombardeo británicos les cortaron la retirada a los alemanes, obligándolos a dejar su equipo pesado para lograr cruzar el Po ya que los puentes hacia mucho que habían sido destruidos. Entonces, los ejércitos aliados se avalanzaron sobre la planicie del Po, tomando Padua, Venecia, Treviso, Verona y Trieste, aunque cuando llegaron a esta última los partisanos yugoslavos ya la habían tomado. Al morir Hitler, Kesselring, von Vietinghoff acababa de ser relevado del mando, permitió que el jefe de la Gestapo italiana Karl Wolff, que llevaba meses contactando a los aliados en secreto, enviara finalmente emisarios a Alexander para negociar la rendición. La rendición incodicional de las fuerzas alemanas en Italia se firmó el 2 de mayo de 1945.
El 25 de abril, el movimiento partisano inició un levantamiento general y se tomaron poblaciones importantes como Milán. Fue en la región alrededor del Lago de Como que un grupo de partisanos atrapó a Mussolini y a su amante Clara Petacci el 27 de abril. Temiendo que los aliados intentaran arrebatarles a Mussolini, los partisanos italianos lo ejecutaron a él y a sus acompañantes el 28 de abril, siendo expuestos y mutilados en Milán al día siguiente. Muerto Mussolini, toda esperanza de resistencia fascista italiana finalizó inmediatamente, si bien se le consideró una fuerza tan importante como el ejército alemán.
[editar] El avance aliado en Francia
[editar] Estrategia aliada
Después de la rendición de Francia, y con los ejércitos británicos defendiendo sus colonias en Medio Oriente y Asia, se veía claramente que los aliados no intentarían recuperar Europa en un tiempo. La invasión de la Unión Soviética por parte de Alemania, motivó a que la opinión pública clamara por reabrir el frente occidental, ya que los expertos de la época aseguraban que sin apoyo, el Ejército Rojo sería destruido antes del fin de año. La llegada de Estados Unidos a la guerra y la estabilización del frente Oriental calmaron a las naciones occidentales, que empezaron a entender que una reapertura precipitada del segundo frente, solamente ocasionaría un derroche de vidas como ocurría en el frente oriental.
Mientras la Unión Soviética se enfrentó sola a los ejércitos del Tercer Reich, los aliados occidentales empezaron a planear el desembarco en Europa, realizando primero una pequeña incursión que sería conocida como la batalla de Dieppe. El 19 de agosto de 1942, 6 mil soldados canadienses desembarcaron en Dieppe, con el objetivo de permanecer un corto período en el que recolectarían información y probarían nuevos métodos de asalto a las playas. El resultado fue desastroso, muriendo o siendo capturados casi todos los soldados, perdiéndose muchos barcos y aviones.
Afortunadamente para Stalin, el presidente Franklin D. Roosevelt era partidario de finalizar la guerra en Europa primero, antes de ir contra Japón, por lo que después de las relativamente éxitosas campañas en el norte de África, las tropas aliadas saltaron a Sicilia el 10 de julio de 1943. Finalmente, ante la continua insistencia de Stalin, se definió en mayo de 1943, que la reapertura del frente occidental se haría en 1944.
Después de seleccionar distintos lugares para el desembarco, se concluyó que debería ocurrir en las playas de Bretaña, Normandía o en el Paso de Calais. Debido a que Calais estaba muy bien defendida, se descartó casi inmediatamente, y debido a que Bretaña estaba muy lejos de París y Alemania, y como su clima era muy inestable, se decidió que las playas de Normandía serían las seleccionadas. En junio de 1943 se le confirmó a Stalin que la invasión se haría en mayo de 1944. Dicha invasión, hasta entonces Operación Round-Up, fue renombrada Overlord.
[editar] Liberación de Francia

El 6 de junio varias divisiones de paracaidistas de élite aterrizaron en Francia, muchos de ellos en planeadores. Sin embargo, quedaron muy dispersos y no pudieron neutralizar efectivamente todas las defensas de las playas. Mientras que en cuatro de las cinco playas objetivo no se encontró mucha resistencia, en la playa Omaha, la mala planificación ocasionó que la mayoría de los tanques anfibios se hundieran, quedando la infantería sola, siendo considerada muchas veces la opción de retirarse. No obstante, para el final del día, Omaha fue capturada, aunque murieron 6 mil soldados estadounidenses, la cifra de bajas más alta del día.
Para el 10 de junio, los cinco frentes se había convertido en uno solo, y mientras los estadounidenses intentaban tomar Cherburgo, los británicos se dirigieron a Caen, defendida por Erwin Rommel, donde encontraron fuerte resistencia. Sin embargo, la concentración de alemanes alrededor de Caén, dejó los flancos débiles, y las tropas estadounidenses aprovecharon para intentar desbordar el recién creado frente.
El 17 de julio, uno de los mejores comandantes alemanes, Erwin Rommel es herido de gravedad por un Spitfire, tres días después Hitler sufre un atentado al que sobrevive con heridas leves. Posteriores indigaciones indican que Rommel podría haber tenido conocimiento del atentado, por lo que es obligado a suicidarse.
Para el 20 de julio, trece divisiones se oponían a las británicas, mientras que nueve se oponían a las estadounidenses. Dos días antes los británicos habían logrado tomar Caen, pero la presencia alemana en la zona era tan fuerte que esta captura no significó ningún alivio en el campo de batalla.
El 25 de julio, un bombardeo a lo largo de todo el frente estadounidense abrió el paso para el I Ejército estadounidenses. Después de lograr la ruptura del frente de Normandía, el I Ejército avanzó un poco al sur, pero luego se movió al oeste, con el fin de fortalecer el flanco oriental del III Ejército, al mando del famoso George Patton, que después de tomar Coutances y Avranches, siguió avanzando al sur, enviando tropas a liberar Bretaña.
Los generales alemanes en la zona, se dieron cuenta que con los ejércitos estadounidenses al oeste y al suroeste, y los británicos al norte, las fuerzas alemanas que habían acudido en defensa de Caen podían quedar aisladas. Desde entonces, se había iniciado una retirada ordenada al borde oriental del río Sena. Esta acción fue detenida por Hitler, que ordenó que las fuerzas alemanas avanzaran y atacaran al I Ejército, con el objetivo de aislar al III Ejército de Patton al sur. Entre el 6 y el 11 de agosto, los alemanes intentaron aislar a las fuerzas de Patton, que habían avanzado demasiado, pero la superioridad aérea aliada marcó el fracaso de las operaciones. Peor aún para Alemania, las fuerzas alemanas habían abortado la retirada, quedando en una posición vulnerable, ya que podían ser aisladas.
De esta manera, después de algunas demoras, Montgomery y Patton empezaron a cercar a las fuerzas alemanas, capturando a 50 mil soldados el 21 de agosto en lo que se llamó la bolsa de Falaise.
En París había estallado una revuelta el 19 de agosto organizada por la Resistencia Francesa, cuando los estadounidenses se aproximaron a la ciudad, el comandante alemán la rindió. Unos mil 500 parisinos murieron en los días previos, aunque francotiradores alemanes que se negaron a rendirse causaron más bajas.
Un desfile por el que circularon las tropas estadounidenses se organizó el 26 de agosto por los Campos Elíseos. Charles de Gaulle asumió entonces la presidencia provisional hasta que renunció en 1946.
En total, unos 360 mil soldados aliados desembarcaron en Normandía en junio de 1942, muriendo unos 45 mil en las batallas que siguieron, la mayoría de estos británicos. Unos 200 mil alemanes murieron en estos enfretamientos de una fuerza inicial de un millón de hombres que estaba dispersa por toda Francia.
Mientras las fuerzas anglo-estadounidenses luchaban por cerrar la bolsa de Falaise, una fuerza combinada de Estados Unidos, Canadá y la Francia Libre desembarcaron el 15 de agosto en Tolón y Cannes, al sur de Francia, rebasando rápidamente a las defensas alemanas, debido a que no se esperaba tan poca resistencia, la falta de combustible extra frenó el avance aliado, por lo que muchos soldados enemigos escaparon a Alemania o al norte de Italia. La llamada operación Dragoon tenía como objetivo asegurar el sur de Francia, antes de que los partisanos italianos comunistas extendieran su zona de influencia hacia allá.
[editar] Reveses Aliados
[editar] Operación Market Garden

Lamentablemente, el rápido avance aliado se encontró con un obstáculo imprevisto: la falta de puertos grandes. El puerto de Cherburgo había quedado demasiado lejos para abastecer de manera importante el frente occidental, y los precisos ataques aéreos aliados a las líneas ferreas francesas, ahora actuaban en su contra. A pesar de que el puerto de Amberes fue liberado, la presencia de fuerzas alemanas en las cercanías no hacían viable su operación. Además, los puertos de Boulogne-sur-Mer, Calais y El Havre habían sido inhabilitados por las fuerzas del Eje o permanecían ocupadas como "fortalezas". Finalmente, las islas al oeste del río Escalda seguían ocupadas, por lo que los puertos anteriores seguían siendo blanco fácil.
Con los alemanes replegados en la frontera de Alemania y Bélgica detrás de la llamada línea Sigfrido, el Comandante en Jefe de las Fuerzas Aliadas Dwight Eisenhower pensaba en ejecutar la táctica de "frente amplio", en el que los ejércitos aliados avanzarían simultáneamente hacia Alemania, sin dejar ningún flanco descubierto. Aunque la mayoría de los generales estaban de acuerdo en esta estrategia, el general inglés Bernard Montgomery ideó un plan donde el avance se haría por el norte de Bélgica, cruzando el río Rin cerca de su delta. De esta manera se asegurarían los puertos del norte de Francia y de Bélgica, se ocuparían los principales centros de lanzamiento de cohetes V2 y se iniciaría la invasión hacia Alemania desde el noroeste, asegurandose rápidamente puentes sobre el Rin y se desbordaría la línea Sigfrido o Muro del Oeste desde su flanco norte. El vacilante Eisenhower quedó convencido cuando Montgomery le aseguró que la guerra podría concluir antes de Navidad de 1944 si se seguía su plan.
La llamada Operación Market Garden consistía en dos operaciones: Market y Garden. En la primera, tres divisiones y media de paracaidistas, muchos de ellos polacos, caerían sobre Holanda y asegurarían varios puentes, el más importante era uno ubicado en Arnhem. Después, durante la Garden, el II Ejército Británico avanzaría hasta las posiciones capturadas y relevaría a los cansados paracaidistas. De esta manera, las defensas de Alemania al sur quedarían expuestas, y se podrían tomar los territorios en el estuario del río Escalda de manera más fácil.
Poco antes de iniciarse el lanzamiento de los paracaidistas, el comandante británico a cargo de Market Frederick Browning le dijó a Montgomery una frase que luego sería muy célebre: "Creo que vamos a un puente demasiado lejano". Estas dudas de Browning luego demostrarían tener cierto fundamento, pero para ese momento ya era demasiado tarde para suspender la operación.
El lanzamiento de paracaidistas se inició el 17 de septiembre, se calcula que unos 20 mil soldados cayeron sobre Holanda, siendo la operación aerotransportada más grande de la historia. Los paracaidistas estadounidenses capturaron rápidamente los puentes cercanos a Eindhoven y Nimega. Sin embargo, el XXX Cuerpo del Ejército, que debía brindar el apoyo blindado, encontró mucha más resistencia de la esperada para reunirse con los paracaidistas en Eindohven. En efecto, el mariscal alemán Walther Model había enviado una división SS Panzer a Nimega y otra a Arnhem. En aquel momento la I División Aerotransportada Británica ya había sido arrojada sobre el pueblo, y después de encontrar seria resistencia, se aferraban a los puentes objetivo mientras esperaban la llegada de los tanques. Lo que esta fuerza anglo-polaca no sabía era que el avance del apoyo blindado se había detenido completamente a sólo 16 km de distancia, debido a la presencia de las diviones SS Panzer. Sin apoyo blindado, y sin jeeps para moverse rápidamente, ya que muchos planeadores con equipos se habían estrellado, las fuerzas aliadas en Arnhem se retiraron del puente el 21 de septiembre. Finalmente, el 23 de septiembre, el XXX Cuerpo del Ejército llegó a la orilla occidental del bajo Rin y después de intentar fallidamente de cruzar, se ordenó a los soldados aliados en Arnhem que se retiraran. Para el 27 de septiembre la lucha había terminado y los puentes claves no habían sido tomados.
Si bien la propaganda aliada proclamó un éxito de 90%, en el frente era claro que habían estado al borde de un desastre, si bien las fuerzas estadounidenses no sufrieron muchas bajas, las fuerzas británicas sufrieron 77% de bajas.
Las rápidas victorias aliadas en Francia le habían dado la idea de que Alemania ya no tenía fuerzas para luchar, lo que los aliados no esperaban era que Hitler no sólo estaba fortaleciendo las defensas de Alemania, sino que estaba preparando su propia ofensiva que acabaría con las esperanzas aliadas de terminar la guerra antes de Navidad.
[editar] La Batalla del Saliente
Después de la decepción de Market Garden, una fuerza canadiense se encargó de limpiar la zona alrededor de Amberes, con el objetivo de permitir la utilización de este puerto a toda su capacidad. Mientras en el oeste, los aliados luchaban en Lorena y Aquisgrán, en el oriente, la operación Bagration acababa de terminar, y el Ejército Rojo avanzaba velozmente sobre Polonia hacia Alemania. Con los pozos petroleros de Rumania en llamas y con la Luftwaffe en el suelo, los tanques alemanes tenían poca movilidad.
Con los generales alemanes recomendándole a Hitler que se mantuviera a la defensiva en el frente occidental mientras que "lanzara todo lo que tuviera" al frente oriental, éste ignoró este consejo, asegurando que con una victoria inesperada sobre los aliados occidentales podría obligarlos a solicitar un armisticio por separado con Alemania, dejando sola a la Unión Soviética. Se ideó entonces un plan similar al de la batalla de Francia: la ofensiva alemana cruzaría las Ardenas, separando a los ejércitos británicos y estadounidenses, capturando Amberes, de esta manera cuatro ejércitos británicos quedarían aislados y las fuerzas estadounidenses tendrían graves problemas de suministros. Hitler jamás tomó en cuenta la superioridad aérea de sus enemigos, además consideraba al ejército estadounidense más débil que el británico por lo que decidió que el grueso de su ataque iría contra ellos.
El General Gerd von Rundstedt (VII y XV Ejércitos) estaría a cargo de la operación, mientras que el general Edwin Von Manteuffel (V Ejército Panzer) y el general Zepp Dietrich (VI Ejército SS Panzer) comandarían los dos ejércitos Panzer que llevarían el peso de la ofensiva. Además, el jefe de comandos SS Otto Skorzeny debía infiltrar varias decenes de soldados alemanes que hablaban inglés detrás de las líneas enemigas, con el objetivo de sembrar confusión en horas previas a la batalla.

El 16 de diciembre de 1944, el V Ejército Panzer arrolló al I Ejército Estadounidenses que protegía las Ardenas, la 101ª División Aerotransportada quedó atrapada en Bastoña, resistiendo embate tras embate alemán. Mientras los ejércitos de von Manteuffel y Dietrich se abrían paso, los VII y XV Ejércitos sólo cumplían su función de resguardar flancos, ya que habían sufrido varias bajas en campañas anteriores.
Para el 23 de diciembre los aliados se habían recuperado de su sorpresa por la ofensiva alemana, y al mejorar el clima habían empezado a prestar mayor apoyo aéreo. En efecto, al día siguiente la ofensiva alemana se paró en seco, debido a que la superioridad aérea aliada empezó a causar estragos en las formaciones de tanques alemanes. Dos contraataques alemanes lanzados el 25 de diciembre, uno aéreo y otro blindado, poco pudieron hacer para hacer avanzar la ofensiva más alla del río Mosa.
Cuando fue obvio que los alemanes habían agotado sus fuerzas, Montgomery y Patton lanzaron ataques desde el norte y el sur respectivamente en la primera semana de enero de 1945 sobre el saliente creado por la ofensiva alemana. Las fuerzas alemanes se retiraron ordenadamente, aunque la falta de combustible motivó a que abandonaran mucho equipo pesado. El 7 de enero Hitler permitió la retirada general, siendo clara el fracaso de su ofensiva.
El 15 de enero, las fuerzas de Montgomery y Patton convergieron, cerrando el saliente creado en diciembre, pocos alemanes fueron capturados, pero la Luftwaffe sufrió fuertes bajas, siendo neutralizada finalmente. En esta batalla muchos estadounidenses fueron capturados, además la prensa occidental se alarmó al conocerse la matanza de oficiales estadounidenses en Malmedy por parte de tropas SS[3], algo hasta entonces inusual en el frente occidental. En total, los aliados sufrieron 82 mil bajas, casi todas estadounidenses, por su parte, Alemania reportó casi 85 mil bajas.
[editar] Conquista de Alemania
[editar] Avance hacia Alemania

A pesar de que la guerra se había inclinado a favor de los aliados en Europa, un triste episodio, ocasionado por la política, ensombreció la moral aliada. Con los soviéticos a pocos kilómetros de Varsovia, los polacos del Armia Krajowa, decidieron que ya era hora de levantarse en masa contra la ocupación alemana. Sin embargo, la ofensiva soviética tuvo que detenerse por problemas de abastecimiento: los mejores pronósticos soviéticos no habían predicho tal avance y por ende las líneas de suministros se habían extendido demasiado. Además un ataque de cuatro divisiones al mismo tiempo hizo retroceder a la vanguardia soviética que ya estaba llegando a los suburbios de Varsovia. Stalin aprovechó esta falla como excusa para no brindar apoyo alguno a los polacos, que por un mes completo se enfrentaron pobremente armados contra tropas SS de élite[4]. El trágico alzamiento de Varsovia concluyó con la ejecución de 250 mil civiles, así como la destrucción de Varsovia y la disolución del movimiento de resistencia polaco como fuerza militar relevante.
El caso de Varsovia se repitió inmediatamente en Eslovaquia, la resistencia eslovaca se rebeló en masa contra la guarnición alemana en su país, sin embargo, ante la negativa soviética de brindar apoyo, el alzamiento fracasó, y los alemanes reestablecieron su poder en Eslovaquia sólo para ser expulsados por los soviéticos dos meses después.
En enero de 1945 los soviéticos llegaron finalmente a Varsovia, y con una fuerza de tanques, infantería y artillería diez veces superior a las fuerzas alemanas, reiniciaron su ofensiva, cubriendo entre 30 y 40 kilómetros por día en Polonia. La población alemana de Prusia Oriental, Danzig y Poznań escapó de las tropas soviéticas. Varios barcos de refugiados alemanes fueron hundidos por submarinos rusos, siendo los más conocidos el Wilhelm Gustloff y el MS Goya, con 7 mil y 5 mil muertos respectivamente, una cifra espeluznante para un naufragio si se considera que en el Titanic murieron 1500 personas. El éxodo alemán llevó a miles de refugiados buscar albergue en ciudades Coblenza, Dresde y Hamburgo, las cuales serían bombardeadas por los americanos y británicos con bombas de fósforo y napalm, con miles de civiles muertos incluyendo prisioneros de guerra ingleses. Sólo en Dresde se contabilizaron más de 400 mil desaparecidos, cuyos cuerpos presumiblemente se desintegraron[5]. , esto como resultado de la política aliada presidida por el Mariscal del Aire, el inglés Arthur Harris, apodado correctamente Bombardero Harris.

El 27 de enero fue finalmente liberado el campo de exterminio de Auschwitz, sin embargo ya era demasiado tarde para salvar a los reclusos, encontrándose solamente 7.500 personas. En total se encontraron otros cinco campos de esta clase en Polonia: Belzec, Chelmno (Kulmhof), Majdanek, Sobibor y Treblinka.
Para inicios de febrero, el Ejército Rojo se encontraba desplegado a lo largo del río Oder, a unos 60 km de Berlín. Lo que quedaba del Grupo de Ejércitos Norte se continuaba resistiendo en Curlandia, olvidados por Berlín, mientras que el Grupo de Ejércitos Centro también estaba aislado en Königsberg. Sólo quedaba la mitad del Grupo de Ejércitos Sur (Grupo de Ejércitos A) para resguardar la entrada a Berlín, ya que muchas tropas habían sido enviadas al oeste de Alemania para intentar contener a la ofensiva angloamericana durante la batalla del Bulge.
Además de renombrar al Grupo de Ejércitos Norte, Grupo de Ejércitos Curlandia, Hitler nombró a Heinrich Himmler comandante del recién creado Grupo de Ejércitos Vístula, a pesar de que este no tenía ninguna experiencia comandando tropas, esta decisión fue tomada por la sencilla razón de que Hitler ya no confiaba en la Wehrmacht desde el atentado del 20 de julio (Operación Valkiria). El contraataque lanzado por Himmler el 24 de febrero fracasó, y la Pomerania, región históricamente alemana fue anexada a Polonia.
Más al sur, tres intentos alemanes de sacar a sus tropas atrapadas en Budapest, fracasaron, y la guarnición de Budapest se lanzó en una carga suicida contra los soviéticos, muriendo la mayoría, si bien algunos alemanes lograron escapar. No obstante, Hitler ordenó a sus hombres avanzar hasta el Danubio, ejecutando una ofensiva en el lago Balatón, que fracasó miserablemente. Esta fue la última ofensiva importante de Alemania en el resto de la guerra.
Aprovechando el fracaso alemán, el Ejército Rojo capturó Hungría, y para el 13 de abril, Viena ya había caído también. El 9 de abril, la guarnición alemana de Königsberg se rindió, destruyéndose en pocos meses siglos de presencia alemana en Prusia del Este, sin embargo, la lucha en Heiligenbeil y Danzig continuó hasta el final de la guerra en Europa.
[editar] Batalla de Berlín

Para abril, todos los frentes soviéticos estaban listos para iniciar el avance final sobre Alemania, juntando 2 millones y medio de hombres, 6.250 tanques, 7.500 aviones, 41.600 piezas de artillería, 3.255 lanzacohetes Katyusha, y casi cien mil vehículos de transporte, la mayoría prestados por los Estados Unidos.
El 16 de abril, la llamada batalla de Berlín empezó, y si bien Zhukov encontró problemas en las llamadas Colinas de Seelow, en el sur, el I Frente Ucraniano de Koniev llegó sin problemas al sur de Berlín. El I Frente Bielorruso de Zhukov se vió presionado a acelerar el paso, ya que éste deseaba conquistar Berlín primero. De esta manera, Zhukov rodeó Berlín y atacó desde el noroeste, mientras que Koniev, que se detuvó momentáneamente por órdenes de Stalin, llegó de segundo a Berlín y atacó por el sur.
El 24 de abril, el General Helmuth Weidling, comandante del LVI Cuerpo Panzer, se dirigió al bunker de Hitler para ser fusilado después de haber sido acusado de haber escapado a Potsdam. Sin embargo, como síntoma de la inestabilidad mental que Hitler mostró en sus últimos meses, Weidling no sólo no fue ejecutado, sino que fue nombrado Comandante en Jefe de las fuerzas en Berlín, ya que Goebbels, el Defensor nominal de Berlín, no tenía la preparación militar. La batalla de Berlín fue dura, ya que la población civil fue obligada a usar las armas (ver Volkssturm), por lo que era normal ver niños de 10 diez años, así como ancianos e inválidos, en los puestos de artillería o usando Panzerfausts. Las bajas alemanas y soviéticas fueron elevadísimas, y la arquitectura de Berlín sufrió grandes destrozos, incluyendo la Cancillería del Reich, el Reichstag y la puerta de Brandeburgo. Aquellos civiles que se negaban a luchar eran ejecutados inmediatamente por los alemanes, mientras que los que luchaban eran ejecutados por los soviéticos, la cantidad de prisioneros fue baja comparada con los conseguidas en otras batallas. Hitler todo el tiempo se negó a abandonar la capital para ir al Berchtesgaden, por lo que los altos oficiales de la Wehrmacht se rehusaron a rendirse, ya que todos habían tomado un juramento de lealtad al Fuhrer.
El 30 de abril, el Canciller de Alemania, Adolf Hitler, se suicidó junto con su nueva esposa Eva Braun. Varios personajes importantes del gobierno de Alemania hicieron lo mismo, incluyendo Joseph Goebbels y su esposa, que antes envenenaron a sus siete hijos. El secretario de Hitler, Martin Bormann desapareció en la batalla, si bien varios personas aseguran que lo vieron muerto con dos tiros en la espalda en una estación de metro de Berlín. Weidling rindió la ciudad a lus rusos el 2 de mayo. El Feldmarschall Wilhelm Keitel fue capturado y luego participó en la firma del documento de rendición.
En la batalla murieron 360 mil soldados soviéticos, las cifras alemanas son dudosas, pero se estima que fueron mucho mayores.
El almirante Karl Dönitz fue nombrado Presidente por Hitler antes de morir, y éste dio permiso al general Alfred Jodl de firmar la rendición incondicional con la Unión Soviética el 7 de mayo, haciéndose efectiva al día siguiente. Los otrora hombres de confianza de Hitler, Hermann Goering y Heinrich Himmler habían caído en desgracia al intentar hacer la paz por separado con los aliados. Ambos se suicidaron después de ser capturados por los estadounidenses.
El 9 de mayo, día de la victoria para la Unión Soviética, se convirtió en fecha festiva, y el 24 de junio se celebró un impresionante desfile en Moscú.
Las fuerzas alemanas ubicadas en Praga se rehusaron a rendirse, ya que tenían la esperanza de que los norteamericanos podrían capturar la ciudad antes que los soviéticos. Cuando fue obvio que los norteamericanos no tenían ninguna intención de ocupar Checoslovaquia, dejaron de luchar y escaparon al oeste. Todos los rumores que existían, asegurando que los alemanes habían construido una serie de fortalezas inexpugnables en los Alpes (Alpenfestung), resultaron ser falsos, y la mayoría de las tropas alemanas, hartas de la guerra, se rindieron en masa a los aliados occidentales.
