Historia de Italia
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La historia de Italia es una de las más ricas de Europa. Mientras griegos y cartagineses colonizaban el sur, en el centro de Italia, los etruscos iniciaban una serie de guerras que las llevaría a crear el Imperio Romano, legador de gran parte de nuestra cultura. Con la caída del Imperio Italia sufrió una serie de invasiones germanas que terminaron cuando el Imperio Bizantino conquistó Italia. Durante la Edad Media Italia se convertiría en un mosaico de ciudades-estado que luchaban entre sí para conseguir la hegemonía sobre el resto. Esta situación se acabó cuando la península pasó a dominio extranjero, sobre todo del Imperio Español.
Entre 1856 y 1870 se llevó a cabo la Unificación de Italia después de una serie de guerras que implicó enfrentarse al Imperio Austriaco y los Estados Pontificios. Italia llevaría a cabo políticas imperialistas que la llevaron a participar en la Primera Guerra Mundial del lado de la Entente, a la invasión de Abisinia y a participar en la Segunda Guerra Mundial como aliado de Hitler.
En la actualidad Italia se ha convertido en un país prestigioso, democrático, pertenece a organizaciones tan importantes como la Unión Europea o el G-8, lo que demuestra que es una de las principales potencias económicas de la Tierra.
[editar] Origen del nombre
[editar] Edad del Bronce (s. XV al VIII a.C.)
[editar] Edad del Hierro (s. VIII al V a.C.)
[editar] Los Etruscos
Los etruscos fueron un enigmático pueblo cuyo núcleo histórico fue la Toscana, a la cual dieron su nombre (eran llamados Τυρσηνοί (tyrsenoi) o Τυρρηνοί (tyrrhenoi) por los griegos y tuscii o luego etruscii por los romanos; ellos se denominaban a sí mismos rasena o rašna). Desde la Toscana se extendieron por el sur hacia el Lacio y parte septentrional de la Campania, en donde chocaron con las colonias griegas; hacia el norte de la península itálica ocuparon la zona alrededor del valle del río Po, en la actual región de Lombardía. Llegaron a ser una gran potencia naval en el Mediterráneo Occidental, lo cual les permitió establecer factorías en Cerdeña y Córcega. Sin embargo, hacia el siglo V adC comenzó a deteriorarse fuertemente su poderío, en gran medida, al tener que afrontar casi al mismo tiempo las invasiones de los celtas y los ataques de griegos y cartagineses. Su derrota definitiva, por los romanos, se vio facilitada por tales enfrentamientos y por el hecho de que los rasena o etruscos nunca formaron un estado sólidamente unificado sino una especie de débil confederación de ciudades de mediano tamaño. En cierto modo predecesora de Roma y heredera del mundo helénico, su cultura ( fueron destacadísimos orfebres, así como innovadores constructores navales) y técnicas militares superiores hicieron de este pueblo el dueño del norte y centro de la Península Itálica desde el siglo VIII adC hasta la llegada de Roma. A tal punto que los primeros reyes de Roma fueron etruscos. Hacia 40 adC, Etruria (nombre del país de los etruscos) perdió su independencia y se convirtió en una provincia del Imperio Romano.
[editar] Magna Grecia
La zona sur recibió una fuerte influencia griega.
El descontento con la clase dirigente, el aumento demográfico, la falta de tierras y el deseo de crear nuevas factorías comerciales llevó a los antiguos griegos a crear numerosas colonias en el extranjero. La cercanía de Italia, así como su relativa poca resistencia a este fenómeno hizo de Italia una de las principales zonas de asentamiento griegas, recibiendo el nombre de Magna Grecia.
[editar] Sicilia
La colonización griega llegó hasta la isla de Sicilia, donde chocó con el imperialismo cartaginés. Las guerras entre griegos y púnicos no tuvieron un vencedor, aunque ambos terminaron por dividirse la isla:
- La zona oriental con Siracusa, Agrigento, Messina... quedó bajo control griego.
- La zona occidental con Palermo... quedó bajo control cartaginés.
[editar] Roma (s. V a.C. al V d.C.)
[editar] El surgimiento de Roma
En el 753 adC se fundó a orillas del Río Tíber una ciudad que dominaría Europa durante siglos: Roma. Inicialmente la ciudad no tuvo gran importancia, era un puerto más de la ruta costera de la sal, pero bajo reyes de origen etrusco como Tarquino el soberbio, realizó campañas expansionistas que le permitieron controlar el Lacio.
[editar] La Monarquía romana
La monarquía romana (en latín, Regnum Romanum) fue la primera forma política de gobierno de la ciudad-estado de Roma, desde el momento legendario de su fundación el 21 de abril del 753 adC, hasta el final de la monarquía en el 510 adC, cuando el último rey, Tarquinio el Soberbio, fue expulsado, instaurándose la república romana.
Los orígenes de la monarquía son imprecisos, si bien parece claro que fue la primera forma de gobierno de la ciudad, un dato que parecen confirmar la arqueología y la lingüística. La mitología romana vincula el origen de Roma y de la institución monárquica al héroe troyano Eneas, quien, huyendo de la destrucción de su ciudad, navegó hacia el Mediterráneo occidental hasta llegar a Italia. Allí fundó la ciudad de Lavinium, y posteriormente su hijo Iulo fundaría Alba Longa, de cuya familia real descenderían los gemelos Rómulo y Remo, los fundadores de Roma.
[editar] La República romana
La República (509 adC - 27 adC) fue una etapa de la antigua Roma en la cual la ciudad de Roma y sus territorios mantenían un sistema republicano de gobierno.
En circunstancias históricas poco claras, la monarquía romana fue abolida el 509 adC, y sustituida por la República. Una característica del cambio fue que la administración de la ciudad y sus distritos rurales quedó regulada en el derecho de apelar al pueblo contra cualquier decisión de un magistrado concerniente a la vida o al estatuto jurídico.
La administración ejecutiva quedó dotada de Imperium o poder omnímodo el cual tenía un origen religioso que arrancaba del propio dios Júpiter. Los magistrados dotados de imperium eran los cónsules, pretores y, eventualmente, los dictadores. Sin embargo, el imperium sólo se ejercía extra pomoerium, es decir, fuera de las murallas de Roma. En consecuencia, tenía un carácter esencialmente militar. En la ciudad en sus funciones civiles, los magistrados estaban sometidos a limitaciones legales y controles mutuos.
[editar] El imperio romano
El Imperio Romano fue una etapa de la civilización romana en la Antigüedad clásica caracterizada por una forma de gobierno autocrática. El nacimiento del imperio viene precedido por la expansión de su capital, Roma, que extendió su control en torno al Mar Mediterráneo. Bajo la etapa imperial los dominios de Roma siguieron aumentando, llegando a su máxima extensión durante el reinado de Trajano, abarcando desde el Océano Atlántico al oeste hasta las orillas del Mar Negro, el Mar Rojo y el Golfo Pérsico al este, y desde el desierto del Sahara al sur hasta las tierras boscosas a orillas de los ríos Rin y Danubio y la frontera con Caledonia al norte. Su superficie máxima estimada sería de unos 6´14 millones de km².
El término es la traducción de la expresión latina Imperium Romanum, que no significa otra cosa que el dominio de Roma sobre dicho territorio. Polibio fue uno de los primeros cronistas en documentar la expansión de Roma aún como República. Durante casi tres siglos antes de César Augusto, Roma había adquirido numerosos dominios en forma de provincias directamente bajo administración senatorial o bajo gestión consular, y también mediante pactos de adhesión como protectorados de estados aliados. Su principal competidora en aquella época fue la ciudad púnica de Cartago cuya expansión rivalizaba con la de Roma y por ello fue la primera gran víctima de la República. Las Guerras Púnicas obligaron a Roma a salir de sus fronteras naturales, la península Itálica, y poco a poco adquirió nuevos dominios que debía administrar, como Sicilia, Cerdeña, Córcega, Hispania, Iliria, etc.
Los dominios de Roma se hicieron tan extensos que pronto fueron difícilmente gobernables por un Senado incapaz de moverse de la capital ni de tomar decisiones con rapidez. Asimismo, un ejército creciente reveló la importancia que tenía poseer la autoridad sobre las tropas, de cara a obtener réditos políticos. Así fue como surgieron personajes ambiciosos cuyo objetivo principal fue el poder. Este fue el caso de Julio César, quien no sólo amplió los dominios de Roma conquistando la Galia, sino que desafió por vez primera la autoridad del Senado romano.
El Imperio Romano como sistema político surgió tras las guerras civiles que siguieron a la muerte de Julio César, en los momentos finales de la República romana. Él fue, de hecho, el primer hombre que se alzó como mandatario absoluto en Roma, haciéndose nombrar Dictator (dictador). Tal osadía no agradó a los miembros del Senado romano, que conspiraron contra él asesinándole durante los Idus de marzo en las mismas escalinatas del Senado, restableciendo así la república, pero su retorno sería efímero. El precedente no pasó desapercibido para el joven hijo adoptivo de César, Octavio Augusto, quien sería enviado años más tarde a combatir contra la ambiciosa alianza de Marco Antonio y Cleopatra.
A su regreso victorioso, la implantación del sistema político imperial sobre un imperio territorial que de hecho ya existía, resulta inevitable, aun manteniendo las formas republicanas. Augusto aseguró el poder imperial con importantes reformas y una unidad política y cultural (civilización grecorromana) centrada en los países mediterráneos, que mantendrían su vigencia hasta la llegada de Diocleciano, quien trató de salvar un imperio que caía hacia el abismo. Fue éste último quien, por primera vez, dividió el imperio para facilitar su gestión. El imperio se volvió a unir y a separar en diversas ocasiones siguiendo el ritmo de guerras civiles, usurpadores y repartos entre herederos al trono hasta que, a la muerte de Teodosio I el Grande, quedó definitivamente dividido.
Finalmente en 476 el hérulo Odoacro depuso al último emperador de Occidente, Rómulo Augústulo. El senado envía las insignias a Constantinopla, la capital de Oriente, formalizándose así la capitulación del imperio de Occidente. El imperio oriental proseguiría varios siglos más bajo el nombre de Imperio Bizantino, hasta que en 1453 Constantinopla cayó bajo el poder otomano.
[editar] La decadencia
A principio del siglo V, las tribus germánicas, empujadas hacia el Oeste por la presión de los pueblos hunos, procedentes de las estepas asiáticas, penetraron en el Imperio Romano. Las fronteras cedieron por falta de soldados que las defendiesen y el ejército no pudo impedir que Roma fuese saqueada por visigodos y vándalos. Cada uno de estos pueblos se instaló en una región del imperio, donde fundaron reinos independientes. Uno de los más importantes fue el que derivaría a la postre en el Sacro Imperio Romano Germánico.
El emperador de Roma ya no controlaba el Imperio, de tal manera que en el año 476, un jefe bárbaro, Odoacro, destituyó a Rómulo Augústulo, un niño de 10 años que fue el último emperador Romano de Occidente y envió las insignias imperiales a Zenón, emperador Romano de Oriente.
[editar] La Edad Media (s. V al XIV d.C.)
[editar] Los ostrogodos
Los ostrogodos eran un grupo de godos que habían sido sojuzgados por los hunos. Tras su liberación, eligieron a Teodomiro como rey y se asentaron bajo protección bizantina en Panonia. A este le sucedió su hio Teodorico el Grande, que con la bendición del emperador de Oriente condujo a su pueblo a Italia en 488.
En la península, gobernaba el hérulo Odoacro, que había acabado con el último emperador romano Rómulo Augústulo en 476. Tras una campaña en el Norte de la península, Teodorico tomó la capital, Rávena matando a Odoacro en 493.
Su reinado fue recordado por mantener la administración romana, que protegió, y logrando mantener la estabilidad de Occidente. En 526 la muerte de Teodorico acabó con esta etapa de paz, heredando Italia su nieto, Atalarico. El reino ostrogodo se desmoronó
[editar] Los bizantinos
Bajo Justiniano, el Imperio Bizantino inició una serie de campañas con el objetivo de reconstruir la unidad mediterránea. La debilidad del reino ostrogodo, y los deseos bizantinos de recobrar la ciudad de Roma convirtieron a Italia en un objetivo.
En 535, el general Belisario, invadió Sicilia marchó a través de la península, tomando Nápoles, llegando a Roma en 536. Prosiguió hacia el norte y tomó Mediolanum (Milán) y Rávena en 540. Un acuerdo con los ostrogodos, que conservaron un reino en el noroeste de Italia trajo la paz.
Belisario fue entonces llamado a Oriente, donde los persas amenazaban las fronteras. Su sucesor, Juan, no logró mantener el control, y en 541 los godos estaban enemistados con Bizancio, liderados por Totila que había recuperado la Italia del Norte. La vuelta de Belisario permitió recuperar Roma, para perderla de nuevo no mucho después.
En 548, el eunuco Narsés sustituyó a Belisario. Totila fue asesinado, y el ejército godo derrotado. Hacia 561 los bizantinos habían pacificado la zona.
[editar] Los lombardos
Entre los diferentes pueblos germánicos que habían abandonado su antigua morada para vivir en mejores tierras, se contaban los lombardos, a los que Justiniano había dejado asentarse en Panonia, a condición de que defendieran la frontera. Atraídos por la riqueza de Italia, atravesaron los Alpes ocupando el Piamonte, Liguria, Lombardía y Véneto sin mucha oposición. La falta de una autoridad central posibilitó la fragmentación de Italia en treinta y seis ducados independientes.
Mientras se enfrentaban a la oposición del Imperio Bizantino en Oriente, y a la de los francos en Occidente, los lombardos consiguieron recomponer una monarquía común electiva, tradicionalmente germánica. Es de destacar el reinado de Agilulfo que abandonó el arrianismo y se convirtió al catolicismo, aumentando la división interna.
Mientras los conflictos iconoclastas ocupaban a Bizancio y lo enemistaban con el Papa (pues la posición del Emperador de Oriente también regía en sus provincias italianas) los lombardos aumentaron sus dominios, so pretexto de socorrer al papa. En el 750, Aistolfo tomó la ciudad imperial de Rávena.
[editar] Los francos y el Imperio Carolingio
La presión de los lombardos sobre el Papa hizo que el rey de los francos, Pipino el Breve, relizara una campaña en el norte de Italia. Entre las consecuencis que esto tuvo, se puede destacar la creación de los Estados Pontificios y la concesión del rango de patricio a la familia real de Francia.
La situación se recrudeció a la muerte de Pipino, siendo su reino dividido entre sus hijos. No tardó mucho Carlomagno en reunificarlo, retomando la política de su padre. Tras una breve batalla, Carlos se hizo con el reino de Lombardía, que, manteniendo su autonomía, se unió al Imperio Carolingio.
[editar] Los Estados Pontificios
Las tierras arrebatadas a los Lombardos por Pipino el Breve fueron cedidas al Papa, que creó entonces un estado en el centro de Italia, los Estados Pontificios. Estos eran administrados directamente o mediante vasallos.
De este estado derivaría el interés político del Papa en Italia, del que sería una potencia durante siglos. La Iglesia sería una gran potencia política durante la Edad Media, especialmente bajo papas como Alejandro VI, que defendían la supremacía temporal de la iglesia
Los Estados Pontificios perdurarían hasta la unificación de Italia, aunque el papado recuperó el Vaticano, que se mantiene como estado independiente.
[editar] La Liga Lombarda
La Liga Lombarda fue una alianza establecida el 1 de diciembre de 1167 entre 26 Ciudades Opositoras del Norte de Italia, entre las que destacan Milán, Cremona, Mantua, Bérgamo, Brescia, Plasencia, Bolonia, Padua, Treviso, Vicenza, Verona, Lodi , Parma y Venecia. Posteriormente se unieron otras cuatro ciudades más, hasta formar un total de 30.
El propósito inicial de la Liga era combatir la política de Federico I, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, que en aquel momento reclamaba el control total sobre el norte de Italia. Tras dejar claras sus premisas en la Dieta de Rocaglia, Federico I invadió Italia en 1158 y luego otra vez en 1166. La Liga recibió el apoyo incondicional del Papa Alejandro III y sus sucesores, deseosos tanto de verse libres de la influencia imperial como de aumentar su poder en la Península Itálica. En la Batalla de Legnano (29 de mayo de 1176), las tropas imperiales fueron derrotadas y Federico se vio forzado a firmar una tregua de seis años (1177-1183). La situación se resolvió al finalizar ésta, cuando ambas partes firmaron el Tratado de Constanza, según el cual las ciudades italianas reconocían la soberanía del emperador de Alemania, pero a su vez éste se veía obligado a reconocer la jurisdicción propia de cada ciudad sobre sí misma y su territorio circundante.
La Liga Lombarda se proclamó de nuevo en 1198 y 1208. En 1226, la Liga mantuvo una cruenta guerra con el emperador Federico II, al que logró frenar en sus intentos por poner Italia bajo su completa autoridad. Éste se ganó su reputación de hábil estratega tras la toma de Vicenza y su victoria en la Batalla de Cortenuova, y se rechazó cualquier iniciativa de la Liga que no fuera la rendición incondicional. A resultas de ello, Milán (que había ofrecido una fuerte suma de oro a cambio de la paz, que Federico rechazó), Brescia, Bolonia y Piacenza ofrecieron una tenaz resistencia. En 1238, la Liga Lombarda consiguió levantar el asedio imperial sobre Brescia, pero falló en su intento de rodear al emperador y capturarle. No obstante, consiguió recuperar una pequeña ventaja al ganar el apoyo, una vez más, del Papado, lo que le permitió bloquear las acciones de Federico II en Italia hasta la muerte de éste en 1250. Tras este hecho, la Liga se volvió a disolver, esta vez de forma definitiva.
[editar] Florencia
La república de Florencia se convirtió en una de las principales ciudades italianas por su auge comercial, así como la conquista de Siena.
Aunque permaneció como república la familia Medicis, acaparó todo el poder. Hubo numerosas guerras internas entre partidos políticos, con miembros tan destacados como Dante.
[editar] El ducado de Milán
La principal potencia del norte de Italia fue Milán. Inicialmente una república, pronto pasó a ser un ducado regido por los Visconti. Los Sforza les usurparon el ducado, que finalmente caer en manos francesas (el rey de francia Luis XII era pariente de los Visconti).
Tras varias guerras entre Francisco I y Carlos I de España, el territorio pasó a pertenecer a España.
[editar] La corona de Aragón
La muerte sin herederos varones del rey de Sicilia, llevó al rey aragonés Pedro III a heredar el reino, al ser su mujer hija del rey. La corona de Aragón pasó a ser entonces, una potencia en Italia, que a partir de una concesión papal se anexionaría Cerdeña, y que conquistaría el Reino de Nápoles bajo Alfonso V.
[editar] El comercio: Génova y Venecia
El resurgimiento económico y demográfico de los siglos XI y XII tuvo un gran efecto en Italia, donde confluían 2 de los grandes ejes económicos de la cristiandad:
- El que desde la zona de la Hansa atravesaba el Rin y el Ródano hacia Italia.
- El que desde las ciudades costeras comunicaba con Oriente.
El desarrollo económico de las ciudades italianas les llevó a crear flotas y barrios comerciales en Oriente (Palestina, Bizancio, Egipto...). Caso especial fue el de las repúblicas de Génova y Venecia que crearon auténticos imperios de ultramar, y llegaron a dominar el mediterráneo.
[editar] El Renacimiento (s. XV al XVI d.C.)
El Renacimiento italiano inició la era del Renacimiento, un período de grandes logros y cambios culturales en Europa que se extendió desde fines del siglo XIV hasta alrededor de 1600, constituyendo la transición entre el medioevo y Europa moderna.
Aunque los orígenes del movimiento confinado principalmente a la cultura literaria , el esfuerzo intelectual y el mecenazgo pueden rastrearse hasta inicios del Siglo XIV. muchos aspectos de la cultura italiana permanecían en su estado medieval y el Renacimiento no se desarrolló totalmente hasta fin de siglo.
La palabra Renacimiento (Rinascimento en italiano) tiene un significado explícito , que representa el renovado interés del período en la cultura de la antigüedad clásica, luego de lo que allí mismo se etiquetó como la "edad oscura"[1]. Estos cambios, aunque significativos, estuvieron concentrados en las clases altas, y para la gran mayoría de la población la vida cambió poco en relación a la Edad Media.
El renacimiento italiano comenzó en Toscana, con epicentro en las ciudades de Florencia y Siena. Luego tuvo un importante impacto en Roma, que fue ornamentada con algunos edificios en el estilo antiguo, y después fuertemente reconstruida por los papas del siglo XVI. La cumbre del movimiento se dio a fines del siglo XV, mientras los invasores extranjeros sumían a la región en el caos. Sin embargo, las ideas e ideales del renacimiento se difundieron por el resto de Europa, posibilitando el Renacimiento nórdico, centrado en Fontainebleau y Amberes, y el renacimiento inglés.
El renacimiento italiano es bien conocido por sus logros culturales. Esto incluye creaciones literarias con escritores como Petrarca, Castiglione, y Maquiavelo, obras de arte de Miguel Angel y Leonardo da Vinci, y grandes obras de arquitectura, como la Iglesia de Santa María del Fiore en Florencia y la Basílica de San Pedro en Roma.
Situaciones estratégicas: del trecento - del quattrocento - del cinquecento | |
Renacimiento artístico: Trecento (s. XIV) - Quattrocento (s. XV) - Cinquecento y Manierismo (s. XVI) | |
Bellas Artes : Pintura - Escultura - Arquitectura - Música | |
Escuelas filosóficas: Humanismo - Neoplatonismo médiceo | |
Difusión: Italia - Francia - España - Flandes - Alemania - Norte de Europa |
[editar] El dominio extranjero y la Unificación (s. XVI al XIX d.C.)
[editar] Las guerras hispano-francesas
Francia tuvo siempre un gran interés en Italia, opuesto al de la Corona de Aragón. No consiguieron ocupar Sicilia tras su incorporación a la corona, pero años más tarde ocuparían Milán (ver ducado de Milan) y lucharían por el Reino de Nápoles que Alfonso V de Aragón había legado a su hijo bastardo Ferrante de Aragón.
Estas victorias fueron efímeras, ya que la política de Fernando el Católico, le cerró el paso, y Gonzalo Fernández de Córdoba (el Gran Capitán) les expulsó de Nápoles. El enfrentamiento llegó a tiempos de Francisco I de Francia y Carlos I de España que libraron 4 guerras con batallas tan destacadas como Cerisolles o Pavía (donde Francisco I fue capturado).
El enfrentamiento terminó con el tratado de Cateau-Cambresis, también llamado de las damas, en el que Francia renunció a Italia.
[editar] El predominio austríaco
Tras la Guerra de Sucesión Española, las posesiones del imperio español fuera de la península ibérica, entre ellas el dominio de parte de Italia, pasaron a la otra rama de la familia Habsburgo, emperadores de Alemania y señores de Austria. La dinastía directamente o a través de vasallos controlaría la Toscana y la Lombardía.
La zona sur (Nápoles, Sicilia) fue ocupada por una rama secundaria de la corona española (de la dinastía Borbón) mientras que Cerdeña se convirtió en el reino del duque de Saboya.
[editar] Las Guerras napoleónicas
Tras la Revolución Francesa Italia no se convirtió en un gran campo de batalla, aunque hubo enfrentamientos con Saboya cuando los franceses trataron de ocupar las tierras situadas más allá de los Alpes (Niza y el condado de Saboya). La cosa se complicó dado que el Imperio Austríaco, enemigo de los revolucionarios, domina buena parte del país. Por ello, se encomendó al joven general Napoleón Bonaparte que realizara una maniobra de distracción contra los intereses austríacos en el sur, mientras que las principales fuerzas atacaban por el Norte. Sorprendentemente, fue el débil ejército de Italia el que en batallas como Lodi... obtuvo la victoria mientras el ejército del Rhin se quedaba estancado. Napoleón puso fin al dominio austríaco de Italia, que dividió en repúblicas afines a Francia como la República Ligur, la República Cisalpina, y la República Partenopea. En el tratado de Campoformio (1797) Austria se rendía a Francia y le reconocía sus conquistas.
Las diversas repúblicas se convertirían en la República de Italia, cuyo presidente fue Napoleón y que se convertirían en el Reino de Italia. Nápoles fue conquistada, y el Reino de Nápoles entregado a José Bonaparte, primero, y a Murat posteriormente. Los estados papales fueron anexionados a Francia en 1804, ante la poca cooperación del Papa.
Durante el posterior transcurso de las Guerras Napoleónicas Italia estaría controlada por los franceses hasta los últimos momentos. El Congreso de Viena marcaría la restauración del sistema político previo.
[editar] La unificación
Las corrientes nacionalistas del siglo XIX fructificaron con la independencia de Grecia y Bélgica; la unificación de Alemania y la creación de un estado italiano bajo el rey Víctor Manuel de Saboya, condado que tras las guerras napoleónicas se anexionó Cerdeña. El conde de Cavour, primer ministro, conquistó Lombardía en 1859. Parma y Módena se unieron a Piamonte después de que se hiciera un referéndum y junto con ellas se unió Toscana. Posteriormente Garibaldi conquistaría el reino de las dos Sicilias. En 1866, aprovechando que Alemania entraba en guerra con Austria los italianos también les declararon la guerra y al concluir esta se anexionaron el Véneto. Por último, en 1870, y aprovechando que Alemania le había declarado la guerra Francia y que está tuvo que llamar a todas las tropas que defendían Roma de una posible invasión italiana, Victor Manuel invadió los Estados Pontificios y declaró a Roma la capital de Italia, lo que generó un conflicto entre Iglesia y Estado que no se resolvería hasta 1929.
==Monarquía y periodo fascista (1861 - 1945)
[editar] e la unificación a la actualidad
Desde 1861 hasta 1922, Italia fue una monarquía constitucional con un parlamento elegido mediante sufragio censitario hasta 1913 cuando se instauró el sufragio universal masculino. Fue llamado Statuto Albertino, y permaneció sin cambios desde que Carlo Alberto lo concedió en 1848 incluso a pesar de los amplios poderes concedidos al rey (como, por ejemplo, nombrar a los senadores).
El nuevo estado sufría varios problemas tanto por la pobreza general y el analfabetismo como de las profundas diferencias culturales (no había un lenguaje común) entre varias partes: incluso hubo revueltas por el retorno a las antiguas leyes.
En política exterior, Italia fue mientras tanto excluida del reparto colonial de África en la Conferencia de Berlín. Logra sin embargo establecer algunas posiciones en Eritrea y Somalia cuando la empresa italiana de navegación Rubattino compra la Bahía de Assab, que el gobierno comprará el 10 de marzo de 1882. Poco a poco las fuerzas italianas van conquistando la costa entera hasta ocupar la ciudad portuaria de Massawa en el 5 de febrero de 1885. El 1 de enero de 1890 se declara Eritrea colonia italiana. La expansión no logra avanzar mucho más, fracasando en su intento de conquistar Etiopía, que liderada por Menelik II los expulsó en la batalla de Ádowa.
[editar] La Primera Guerra Mundial (1914-1918)
Las agitaciones en los Balcanes permitió a Italia para ocupar las Islas del Dodecaneso y la actual Libia ante la debilidad del Imperio Otomano. Mientras el ambiente internacional se iba enrareciendo, Italia se acercó al bloque alemán, debido a los conflictos coloniales con Francia, que en su expansión por Argelia y Tunez amenazaba la posibilidad de extenderse por el norte de África de Italia.
Sin embargo, al comienzo de la Primera Guerra Mundial, Italia permaneció neutral, ya que la Triple Alianza sólo tenía intereses defensivos, y el Imperio Austrohúngaro era el que comenzaba la guerra. Sin embargo, ambos bandos trataron de acercar a Italia a su lado, y en el 15 de abril de 1915 el gobierno italiano se unió al Pacto de Londres al declarar la guerra a Austria a cambio de varios territorios (Trento, Trieste, Istria, Dalmacia). En octubre de 1917, los austríacos, que habían recibido refuerzos alemanes, rompieron las líneas italianas en Caporetto, pero los italianos, ayudados por los aliados, pararon su avance en el río Piave, no lejos de Venecia. Después de otro año de guerra de trincheras y una triunfal ofensiva italiana, la exahusta Austria se rendía a los aliados el 4 de noviembre de 1918, siendo pronto seguida por Alemania.
[editar] El Régimen Fascista (1919-1939)
En la posguerra, Italia recibió los territorios prometidos en el acuerdo de 1915 excepto Dalmacia, que pasó al recién formado reino de Yugoslavia. Italia prosiguió su expansión por el Adriático, bombardeando y ocupando Corfú en 1923 como respuesta al asesinato de un diplomático italiano, y anexionándose la ciudad de Fiume (hoy Rijeka) en 1924 que había sido declarada libre.
Algunos trabajadores italianos, inspirados en la Revolución Rusa, causaron miedo al gobierno, lo que produjo la aparición de un pequeño partido fascista, liderado por Benito Mussolini (un antiguo socialista convertido en nacionalista), cuya violenta reacción a las huelgas fue mucho más apreciada que la tibia reacción del gobierno. Después de varios años de incidentes, en octubre de 1922, los fascistas emprendieron una marcha sobre Roma ("Marcia su Roma"). Los fascistas eran un número reducido, pero el rey dio orden al ejército de no intervenir, y formó una alianza con Mussolini, convenciendo al partido liberal de aprobar el gobierno liderado por los fascistas. Durante los años siguientes, Mussolini (al que se apodó el "Duce", el líder) suprimió todos los partidos políticos, y limitó las libertades para "prevenir revoluciones".
En 1929 Mussolini pactó con la Iglesia Católica, con la que Italia había estado en conflicto desde la anexión de los Estados Pontificios en 1870, permitiendo la formación del estado del Vaticano y obteniendo de la Iglesia el reconocimiento de la unidad de Italia. Inicialmente mantenía buenas relaciones con Francia y Gran Bretaña pero en 1935-1936 la situación cambio por la invasión italiana de Etiopía y por las afinidades ideológicas entre el partido fascista italiano de Musssolini y el nacionalsocialista (nazi) alemán de Adolf Hitler.
[editar] Ocupación Italiana de Albania y Etiopía
Cuando Alemania se anexionó Austria e invadió Checoslovaquia, Italia vio la oportunidad de convertirse en un miembro del eje. Después de que Hitler invadiera Checoslovaquia sin avisar a Mussolini, este decidó anexionarse Albania. El rey italiano Victor Manuel III, se opuso al plan, por ser excesivamente arriesgado.
El régimen fascista trató de ampliar su imperio colonial, retomando la conquista de Etiopía, que, tratando de evitar las reivindicaciones italianas, firmó acuerdos comerciales con Japón y Estados Unidos para buscarse su favor. En la noche del 2 al 3 de octubre de 1935, tropas italianas procedentes de Eritrea invadieron Etiopía. La capital, Addis Abeba, fue tomada por los italianos el 5 de mayo de 1936. Italia se anexionó formalmente Etiopía el 9 de mayo de 1936. El emperador tuvo que exiliarse en Gran Bretaña y la Sociedad de Naciones no resolvió el conflicto en favor de los intereses etíopes a pesar de las reclamaciones de Francia y el Reino Unido.
A pesar de ello, Roma dio un ultimátum a Tirana el 25 de marzo de 1939, exigiendo la aceptación de la ocupación italiana. El rey, Zog, rechazó aceptar dinero en compensación por la colonización de su país, y en el 7 de abril de ese mismo año, las tropas de Mussolini invadieron Albania. Tras una breve resistencia, especialmente intensa en Durrës, los italianos resultaron vencedores.
El rey Zog, su mujer, Geraldine Apponyi, y su hijo Leka huyeron a Grecia y, posteriormente, a Londres. El 12 de abril, el parlamento albanés votó a favor de unificar el país con Italia. Victor Manuel III tomó la corona albanesa, y los italianos establecieron un régimen fascista bajo Shefqet Verlaci, cuyos servicios militares y políticos dependían de Italia.
[editar] La Segunda Guerra Mundial (1939-1945)
Al inicio de la Segunda Guerra Mundial, Italia permaneció neutral (con el consentimiento de Hitler), pero declaró la guerra a Francia y Gran Bretaña el 10 de junio de 1940, cuando Francia se veía derrotada. Mussolini creyó que Gran Bretaña pediría la paz, lo que resultó un error de cálculo.
Después de que el ejército alemán invadiera Polonia, Francia y Dinamarca, Mussolini decidió usar Albania como cabeza de puente para invadir Grecia. Las fuerzas italianas desembarcaron el 28 de octubre de 1940 y en un encuentro entre ambos dictadores, Mussolini sorprendió a Hitler con el anuncio de la invasión. Mussolini contaba con una rápida victoria, pero la resistencia griega fue superior a la esperada, rechazando el ataque italiano, y contratacando en Albania. Los griegos tomaron Korçë y Gjirokastër y amenazaron Vlorë.
El miedo a caer bajo el dominio griego evitó la cooperación entre los albaneses y las fuerzas griegas, y las tropas de Mussolini se reagruparon en Albania Central. Incómodo ante esta situación en los Balcanes, Hitler intervino el 6 de abril de 1941, en coalición con Bulgaria y Hungría contra Grecia y Yugoslavia. Un mes más tarde la Albania dominada por Italia se había visto engrandecida con el territorio de Kosovo. Irónicamente, el nacionalismo albanés consiguió sus metas bajo dominio extranjero.
El 22 de mayo se firmó el pacto de acero, que consolidó la alianza entre las dos dictaduras.
Con la sola excepción de la armada, las fuerzas italinas colaboraron con las alemanas en Grecia y el norte de África.
Tras la fallida invasión de la URSS (1941-42) y la entrada de los Estados Unidos en la guerra (1941) la situación del Eje se deterioró. En mayo de 1943 el mariscal Bernard Montgomery derrotó definitivamente a las Afrika Korps en el norte de África y en julio tropas aliadas invadieron Sicilia. El rey Victor Emmanuel III mandó arrestar a Mussolini y nombró al mariscal Badoglio primer ministro. Entre tanto, las tropas coloniales británicas habían logrado que Haile Selassie recuperara el trono etíope.
El nuevo gobierno continuó oficialmente como aliado del eje, pero comenzó a negociar la paz con los aliados lo que no gustó a Hitler que envió tropas a Italia con el pretexto de luchar contra la invasión aliada. El 8 de septiembre de 1943 el nuevo gobnierno declaró un armisticio con los aliados, sin declarar la guerra a Alemania, lo que dejó desorientado al ejército. Badoglio y la familia real se desplazaron entonces a la zona controlada por los aliados. En la subsiguiente confusión el ejército italiano fue barrido por los alemanes (excepto en Roma y en la isla griega de Cefalonia), quedando las tropas de Hitler como dueñas del norte de Italia que, tras la liberación de Mussolini, se convertiría en la República Social Italiana
Mientras los aliados empujaban lentamente a las tropas alemanas al norte (Roma cayó en junio de 1944 y Milán en abril de 1945) la monarquía finalmente declaró la guerra a Alemania, surgiendo un movimiento antifascista. La liberación italiana se concretó en abril de 1945.
[editar] La actualidad(desde 1945 en adelante)
En el referéndum de 1946, se selló el fin de la monarquía y el comienzo de la república, entrando en vigor una nueva constitución en 1948.
En 1949 Italia se adhirió a la Organización del Tratado del Atlántico Norte y en 1955 se unió a las Naciones Unidas. Ese mismo año, se fundó la Comunidad Económica Europea, antecesora de la Unión Europea, de la que Italia fue miembro fundador. Italia ha participado de los avances en pro de una política comunitaria, con participación en cosas como la creación del Euro (1999).
Durante la década de los años 70 Italia sufrió una crisis política, debido a grupos revolucionarios defensores de la lucha armada, que llegó a su apogeo en 1978 con el asesinato del líder cristianodemócrata Aldo Moro por las brigadas rojas. La intervención de los servicios secretos italianos, a los que se les considera responsables de una estrategia "de tensión" que agravó la crisis detuviero a miles de activista de extrema-izquierda.
También es conocida la lucha contra la mafia, que salto a la fama con el asesinato del juez Giovanni Falcone (1992). También fue un escandalo el reconocimiento oficial de la existencia de la Operación Gladio. En 1992 los jueces del Tribunal de Milan, el más famoso Di Pietro, empezaron muchos procesos contra los partidos politicos democracia cristiana y Partido socialista descubriendo una corrupción enorme (manos limpias). La mayoría de los diputados del Parlamento fueron involucrados y esto provocò una crisis en los partidos al poder desde 50 anos. El ex premier Giulio Andreotti fue acusado de ser un padrino politico de la mafia.
En 1994 aprovechando de la crisis de los partidos tradicionales, Silvio Berlusconi empresario mediático propietario de tres cadena de televisión privadas fundó un nuevo partido Forza italia que ganó las elecciones , al que desde entonces se le ha acusado de controlar los medios públicos así como de monopolizar las televisiones privadas en su favor.
Berlusconi gobernó en coalición, con el apoyo de Liga Norte y otros partidos conservadores o neofascistas por solo ocho meses.
En 1996 ganó las elecciones una coalición de centro izquierda Ulivo primer ministro Romano Prodi.
En 2001 ganó otra vez Silvio Berlusconi.
Italia fue miembro de la alianza que participó en la lucha antiterrorista de Estados Unidos, en Afganistán e Irak, países en los que aún mantiene tropas.
El 9 y 10 de abril de 2006, en elecciones generales, la coalición de Berlusconi fue derrotada por la centroizquierdista alianza L´Unione, que postulaba al ex presidente de la Comisión Europea y ex primer ministro Romano Prodi, por el margen más estrecho de la historia de la República Italiana. Dicha coalición logró en la Cámara de Diputados el 50,1% de los votos y gracias a un sistema de premios para la mayoría electoral, 347 diputados, mientras que el oficialismo de la Coalición Casa de las Libertades retenía 283. La victoria fue más ajustada aún en el Senado, donde Prodi obtuvo el 49,8 de los votos y apenas 158 senadores contra el 49,7 de CDL y 156 legisladores, completándose con 7 senadores vitalicios y legislador independiente italoargentino Luigi Pallaro. Este margen micérrimo mantuvo en vilo a Italia por semanas. Para evitar la ingobernabilidad, los legisladores vitalicios y el independiente Pallaro negociaron y anunciaron su respaldo a Prodi. Pero la crisis resurgió durante la elección de autoridades de las Cámaras. Tras una agria disputa entre el líder de Refundación Comunista Fausto Bertinotti y el presidente de los Demócratas de Izquierda y ex premier Massimo d'Alema que amenazó con fracturar la coalición victoriosa, el primero fue impuesto por L´Unione como titular de la Cámara baja con 337 votos contra 100 de D'Alema y 144 en blanco. El conflicto en cambio, fue en el Senado, donde L´Unione postulaba al ex sindicalista democristiano Franco Marini contra el candidato de la derecha, el ex premier Giulio Andreotti. En la primera vuelta, Marini obtuvo 160 respaldos contra 140 de Andreotti. La Liga del Norte postuló a un polémico ex ministro, Roberto Calderoli, que quedó con 15 adhesiones. En la segunda, Andreotti ascendió a 155 mientras que Marini se mantenía en 160. El escándalo estalló en la tercera, ya que el presidente de la Asamblea, el ex mandatario Oscar Luigi Scalfaro, contó a favor de Marini votos mal escritos, que se adjudicaron a presiones hacia Prodi, ya que este se encontraba en proceso de formación de gobierno. Ante la indignación de la derecha, Scalfaro se disculpó y anuló la votación. Finalmente en la cuarta jornada, Marini logró 165 votos (necesitaba 162) contra 156 de Andreotti, quedando proclamado y dando fin a la crisis.
El 25 y 26 de junio de 2006 los italianos rechazaron en un referéndum la propuesta del ex primer ministro Berlusconi para dar más poderes al jefe de gobierno y dar los primeros pasos al federalismo. Los resultados fueron una victoria política para Romano Prodi.
[editar] Referencias
[editar] Enlaces externos
Documentos de la historia de Italia