Salvador Allende
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Presidente de la República de Chile | |
Mandato: | 3 de noviembre de 1970 11 de septiembre de 1973 (derrocado) |
• Partido político: | Partido Socialista |
• Predecesor: | Eduardo Frei Montalva |
• Sucesor: | Augusto Pinochet Ugarte |
Nacimiento: | Santiago de Chile, 26 de julio de 1908 |
Fallecimiento: | Santiago de Chile, 11 de septiembre de 1973 |
Profesión: | Médico cirujano |
Salvador Allende Gossens[1] (* Valparaíso, 26 de junio de 1908 - † Santiago, 11 de septiembre de 1973), médico y político socialista chileno.
Fue presidente de Chile entre 1970 y 1973. No alcanzó a completar su período, que se extendía hasta 1976, debido al Golpe de Estado de 1973 que lo derrocó e implantó el Régimen Militar en Chile. Su muerte ocurrió durante el asalto al Palacio de la Moneda, en el que se suicidó.
Tabla de contenidos |
Familia
El origen de los Allende es vasco[2]. Sus antepasados llegaron a Chile durante el siglo XVII, y empieza a destacar entre las familias aristocráticas a partir de la primera mitad del siglo XIX. El más destacado de la familia fue su abuelo Ramón Allende Padín, «El Rojo», radical y gran maestro de la masonería.
Su hijo Salvador Allende Castro fue también radical y masón. Trabajó como funcionario público y como notario del puerto de Valparaíso. Se hizo conocido por su ingenio, dotes poéticas (al igual que su padre), y su fanatismo por la chilenización de Tacna y Arica[3]. Casó con Laura Gossens, mujer de gran belleza y mucha religiosidad, hija de un inmigrante belga y una dama de la ciudad de Concepción.
Los hermanos Allende Gossens fueron seis: Alfredo, Inés, Salvador y Laura, y por la muerte de los dos últimos hubo dos nuevos Salvador y Laura.
La familia de Allende era burguesa, su padre viajó y trasladó a su familia a lo largo del país, a causa de diferentes cargos que tenía que asumir en la administración pública. Por este motivo los primeros 8 años de vida de Allende se desarrollaron en Tacna, a la sazón en poder de Chile, llegando a la ciudad apenas cumplidos unos meses.
Salvador Allende Castro debió asumir como abogado de la Corte de Apelaciones y secretario de la Intendencia Regional, instalándose con su familia en la propiedad arrendada en la calle San Martín 238.
Allende inició sus estudios en la Sección Preparatoria del Liceo de Tacna, dirigido por el profesor Julio Angulo. Se mostraba como un niño travieso y energético, según cuenta Zoila Rosa Ovalle, la «mamá Rosa»[4], la nana que cuidó a Allende en la niñez y adolescencia, y que alcanzó a verlo convertido en presidente. Ella le apodaría de «Chichito», pues el pequeño Allende no podía pronunciar su diminutivo correspondiente, Salvadorcito. De allí el origen del apodo, el «Chicho Allende».
Tras 8 años en Tacna, la familia se trasladó por un pequeño período a Iquique, en 1918. Valdivia sería el próximo destino, instalándose el padre como abogado del Consejo de Defensa del Estado, en 1919. Siguió sus estudios en el Liceo de Valdivia, ganando los apodos de «pije» y «pollo fino», por su alta posición social y su preocupada vestimenta, en comparación con sus congéneres.
El regreso a Valparaíso se produjo en 1921, al ser el padre abogado de la Corte de Apelaciones de dicha ciudad. Allí Allende, mientras continuaba sus estudios en el Liceo Eduardo de la Barra, conoció a Juan Demarchi, viejo zapatero anarquista, y según las confesiones del mismo Allende, tendrían una influencia fundamental[5]. Le infundó durante largas conversaciones en las que también jugaban ajedrez, muchas de las futuras banderas de lucha social que legaría el futuro presidente de Chile. Algunos creen sin embargo, que esta relación está demasiado embellecida y que la influencia del zapatero habría sido menor.
Finalizó sus estudios secundarios en 1924, y decidió hacer el servicio militar, que realizó por un año en el Regimiento de Lanceros de Tacna[6].
Ingresó a la Universidad de Chile a estudiar medicina, a pesar de que tenía dudas entre seguir esta carrera o Derecho. Vivió con su tía paterna, Anita, para después llevar una vida e inestabilidad residencial, recorriendo de pensión en pensión para poder sobrevivir. A pesar de esta relativa precariedad, siguió siendo el «pije». Obtuvo de promedio general al finalizar sus estudios una nota cinco[7]. Su tesis doctoral de 1933, "Higiene mental y delincuencia", ha sido publicada en 2005 por Editorial CESOC, de Santiago de Chile.
Vida política
Para 1929 se había iniciado en la política, entrando al grupo Avance, llegó a ser vicepresidente de la FECh en 1930, pero su oposición a ciertas posiciones del grupo, durante los meses previos a la caída de la dictadura de Carlos Ibáñez del Campo, fue expulsado del grupo[8]. A pesar de eso siguió actuando como líder estudiantil, lo que le valió su detención. Mientras se encontraba encerrado se enteró que su padre agonizaba debido a un caso avanzado de diabetes. Le permitieron salir, y alcanzó a verlo en sus últimos instantes.
Tras estos dramáticos hechos de su vida, Allende se abocó a terminar su memoria Higiene mental y delincuencia y a conseguir trabajo estable, pero tuvo que pasar largo tiempo pasando de hospital en hospital, hasta convertirse en ayudante de anatomía patológica del Hospital Van Buren.
En 1933, participó en la fundación del Partido Socialista de Chile, organizando la sede de su ciudad natal, manteniéndose en este partido toda su vida. Dos años después se uniría a la masonería. La etapa política de Allende daba inicio, y no se detendría hasta el 11 de septiembre de 1973. Paralelamente a su vida militante era director de la Asociación Médica de Chile en Valparaíso y miembro del Directorio Nacional de esa organización, se convirtió en 1935 en editor del Boletín Médico de Chile y organizador de la Revista de Medicina Social de Valparaíso[9].
Se comprometió fuertemente con el proyecto del Frente Popular, integrándose los socialistas al pacto tras un Congreso general realizado en 1936. Allende pronto se convirtió en presidente del Frente Popular en Valparaíso. Dentro del Partido fue jefe de núcleo (1933), secretario seccional (1934) y secretario del comité regional de Valparaíso (1937-39).
Su partido le proclamó candidato a la 6ª agrupación departamental de Quillota y Valparaíso, resultando electo junto a otros dos socialistas. Inició su vida parlamentaria con la petición al presidente de la Cámara que los 17 diputados socialistas prometieran y no juraran, petición que fue aceptada[10]. Como diputado participó principalmente en la realización de diferentes proyectos de leyes relativas a problemas sociales
Durante la campaña presidencial de Pedro Aguirre Cerda, Allende fue elegido para dirigir la campaña en Valparaíso. Dejó su escaño parlamentario para unirse al nuevo gobierno de Aguirre Cerda como ministro de Salubridad, desde octubre de 1939, con 31 años[11]. Ese mismo año se publicó su texto llamado la realidad médico social, obra señera de la salud pública con énfasis en la medicina social, en la que se señalaba claramente que el principal condicionante del nivel de salud de una población es su nivel socioeconómico. Al iniciar su vida ministerial, en 1940 contrajo matrimonio con Hortensia Bussi Soto[12].
Entre los logros en su época de ministro, según su cuenta al Congreso en 1940, se cuentan la producción y distribución de medicamentos contra enfermedades venéreas, reducciones de las muertes por tifus, presupuesto de dos millones de pesos para centros de higiene públicas, expansión del servicio dental en las escuelas y entrega de alimentos para los estudiantes[13]. Unos meses después de que el Partido Socialista dejó el Frente Popular, Allende se retiró del Ministerio, asumiendo como vicepresidente de la Caja de Seguro Obrero Obligatorio.
En 1943 se convirtió en secretario general del Partido Socialista, ocupando el cargo hasta junio de 1944. El año 1945 fue senador por Valdivia, Llanquihue, Chiloé, Aisén y Magallanes. El año 1953, por Tarapacá y Antofagasta. En 1961, por Aconcagua y Valparaíso. El año 1969, nuevamente por Chiloé, Aisén y Magallanes[14].
Su arrastre popular fue increíble. Sus enemigos dentro del Partido intentaron sacarlo de la vida política enviándolo a las circunscripciones de Valparaíso y Aconcagua, donde era imposible que ganara, porque los votos de la izquierda los controlaba Jaime Barros, comunista y médico de los pobres, que detentaba el sillón. Allende triunfó sobrepasando a su compañero y le dio suficientes votos para que salieran los dos electos. Lo enviaron entonces nuevamente a un «matadero electoral»: Chiloé, Aisén y Magallanes, donde nadie le atribuyó ninguna oportunidad. Pero resultó fácilmente elegido[15].
Era el símbolo nacional del socialismo moderado, llegando a ejercer desde 1966 como Presidente del Senado, de una forma tan ecuánime que cuando la abandonó le rindió un homenaje el diario El Mercurio, de tendencia conservadora.
Se postuló por primera vez a la Presidencia de Chile en 1952, consiguiendo un magro 5,45%, lo que se debió en parte a la escisión de un sector del socialismo que apoyó a Carlos Ibáñez y a la proscripción del comunismo[16].
En 1958 se presentó nuevamente como candidato de la alianza socialista-comunista FRAP (Frente de Acción Popular), consiguiendo el 28,5% de los votos. Esta vez se atribuyó la derrota de Allende a la participación de un candidato populista, Antonio Zamorano, que le habría quitado votos de sectores populares[17].
Se postuló a la Presidencia por tercera vez en el año 1964, nuevamente representando al FRAP. La elección devino en una competencia entre Allende y Eduardo Frei Montalva. Por temor a que triunfara Allende, el electorado de derecha se volcó hacia Frei, en lugar de al radical Julio Durán, que era su candidato inicial. Enfrentado a dos de los tres tercios de la política chilena, Allende fue derrotado por tercera vez con un 38,6% de los votos contra el 55,6% de Frei[18].
La elección presidencial de 1970
No fue fácil para Allende conseguir la nominación como candidato de la Unidad Popular (nueva alianza socialista-comunista, más otros partidos menores). Pesaban sobre él sus tres derrotas y muchos dentro del Partido no creían en su «vía chilena al socialismo». Pero logró imponerse por sobre los demás precandidatos, principalmente por su importante arrastre de votos y por el decisivo apoyo del Partido Comunista (que apoyaba a Allende más que su propio partido).
Sin embargo, se vio obligado a firmar un pacto de gobierno, según el cual si triunfaba, la administración de Chile sería compartida entre Allende y los partidos de la Unidad Popular, representada por un comité, que tendría un representante de cada colectividad. Esto implicaba una renuncia a sus facultades como presidente de la República, pues no podría actuar sin el apoyo del comité, y este funcionaba por unanimidad.
La campaña presidencial del año 1970 fue dura pero sin violencia. Las primeras encuestas daban por ganador, con mayoría absoluta, a Jorge Alessandri Rodríguez, candidato de derecha. Pero su campaña se fue deteriorando, principalmente por su avanzada edad. Se le acusó de senil y de sufrir la enfermedad de Parkinson, y su propio comando decidió no hacer concentraciones masivas, con la excepción del cierre de campaña, para no mostrar la edad del candidato.
Seguros de la victoria de Alessandri, sus partidarios se irritaron de sobremanera cuando en una entrevista de El Mercurio se le preguntó al general en jefe del ejército, René Schneider por la actitud del Ejército si ninguno de los dos candidatos obtenía mayoría absoluta. Schneider señaló que debía responder el Congreso Pleno, según lo establecido en la Constitución y que el Ejército se apegaría totalmente a los postulados de la carta fundamental (ésta sería la base de la «doctrina Schneider»)[19]. Los alessandristas se irritaron porque la tradición era elegir presidente a quién sacase mayoría relativa.
El candidato del Partido Demócrata Cristiano, Radomiro Tomic, tenía un pensamiento orientado hacia la izquierda, lo que, en 1964, le enajenó los votantes de centro derecha que dieron la victoria a Frei.
Estados Unidos, en tanto, no le dio apoyo decidido a ningún candidato anti Allende, principalmente porque sus propias encuestas mostraban a Alessandri como triunfador. Aunque derivaron algunos fondos a Alessandri, por medio de la compañía ITT (International Telephone & Telegraph) (alrededor de 350.000 dólares), tal financiamiento no se compara con el que se le dio durante la campaña de Frei, cuando además existió asistencia electoral[20].
El 4 de septiembre se celebró la elección presidencial, en un clima de orden y tranquilidad, y pasada la medianoche se supo el resultado de los comicios: Allende: 36,6% Alessandri: 34,9% Tomic: 27,8%[21]. La confianza de los alessandristas se convirtió en miedo a un gobierno socialista, mientras los allendistas e incluso varios demócratacristianos salían a la calle a expresar su alegría.
En Washington, Richard Nixon ordenó evitar que Allende asumiera la presidencia. La CIA organizó dos planes para detener la elección de Allende en el Congreso pleno (el Congreso debía dirimir entre las dos más altas mayorías el día 24 de octubre), los que serían conocidos como el Track One y el Track Two:
- El Track One[22] consistía en que el Congreso eligiese a Alessandri; éste renunciaría y se llamaría a nuevas elecciones en que la derecha apoyaría a Eduardo Frei. El plan es conocido también como «gambito Frei». El plan, sin embargo, no funcionó. La DC y la UP llegaron a un entendimiento tras el triunfo de Allende, y se reveló la existencia de un pacto secreto entre los dos candidatos de izquierda (Tomic y Allende) en el que cada uno reconocía la victoria del otro si la diferencia era mayor a los 5.000 votos, y la de Alessandri sólo si este los superaba a ambos por más de 100.000 votos. Finalmente, la Democracia Cristiana exigió para su apoyo en el Congreso un estatuto de garantías constitucionales, que asegurarían que Allende no se saldría de la constitución. El Track One fracasó, quedando entonces el Track Two
- El Track Two[23] consistía en crear un clima de inestabilidad política, para que las Fuerzas Armadas intervinieran y anularan la elección. Se encargó su ejecución al general Roberto Viaux, cuyo plan era secuestrar al comandante en jefe del Ejército, general René Schneider, ocultarlo y provocar la situación de inestabilidad. El 22 de octubre se ejecutó el plan, pero, al intentar defenderse, el general fue baleado por sus asaltantes, quienes huyeron al instante[24]. Su chofer lo llevó al Hospital Militar donde falleció el día 25 de octubre.
El día anterior, el 24 de octubre, a las 10:39 h, se inició la votación del Congreso, dirigido por el presidente del Senado Tomás Pablo. Sufragaron 195 parlamentarios. Al finalizar el recuento el secretario de la Cámara Pelagio Figueroa, anunció: Salvador Allende Gossens, 153 votos; Jorge Alessandri Rodríguez, 35 votos; en blanco, 7 votos.
Tomás Pablo cerró la sesión declarando: «De acuerdo con los artículos 64 y 65 de la Constitución Política, el Congreso Pleno proclama presidente de la República de Chile por el período comprendido entre el 3 de noviembre de 1970 y el 3 de noviembre de 1976 al ciudadano Salvador Allende Gossens. Se levanta la sesión»[25].
Presidencia
El primer año
El 3 de noviembre Allende asumió la presidencia en el Congreso Nacional. Después se dirigió a la catedral al Te Deum ecuménico celebrado por todas las iglesias de Chile[26].
Junto al presidente juraron ese mismo día sus primeros ministros, que serían:
- Interior: José Tohá, PS (Partido Socialista)
- Relaciones: Clodomiro Almeyda, PS
- Economía: Pedro Vuskovic, independiente
- Hacienda: Américo Zorrilla Rojas, PC (Partido Comunista)
- Educación: Mario Astorga, PR (Partido Radical)
- Justicia: Lisandro Ponce, API (Acción Popular Independiente)
- Defensa: Alejandro Ríos, PR
- Obras públicas: Pascual Barraza, PC
- Agricultura: Jacques Chonchol, MAPU (Movimiento de acción popular unitario)
- Tierras y colonización: Humberto Martones, PSD (Partido Socialdemócrata)
- Trabajo: José Oyarce, PC
- Salud publica: Oscar Jiménez, PSD
- Minería: Orlando Cantuarias, PR
- Vivienda y urbanismo: Carlos Cortes, PS
- Secretario general: Jaime Suárez, PS
El plan gubernamental
De todos ellos la pieza maestra era Pedro Vuskovic, que llevaría a cabo el plan de transición del capitalismo al socialismo. El plan de la Unidad Popular para llegar al «socialismo a la chilena» consistía en los siguientes puntos[27]:
- Estatización de las áreas «claves» de la economía.
- Nacionalización de la Gran Minería del Cobre.
- Aceleración de la reforma agraria.
- Congelar los precios de las mercancías.
- Aumentar los salarios de todos los trabajadores, pagándolos con emisión de billetes.
- Con un clima de euforia económica, modificar la constitución y crear una cámara única.
La estatización de las empresas se llevó a cabo con el uso de ciertos resquicios legales (el Decreto Ley N° 520, de 1932), que databan de la República Socialista, que cayeron en el olvido pero que no por eso dejaban de tener valor legal. El resquicio consistía en que cuando alguna empresa considerada clave de la economía detenía la producción, el Estado la podía intervenir para que vuelva a producir. El sistema utilizado era paralizar las empresas con trabajadores pro Unidad Popular, que pedían la intervención del gobierno, el cual requisaba la industria. El sistema fue juzgado ilegal por la derecha, pero fue sancionado como legal por la Contraloría de la República[28].
También se usaba el sistema más clásico de compras de acciones, a través de la CORFO (Corporación de fomento de la producción), cuando la empresa era una sociedad anónima.
La nacionalización de la minería se llevó a cabo en cambio con el apoyo unánime de todos los sectores de la sociedad, siendo aprobada su Ley (N° 17.450 promulgada el 15 de julio) por unanimidad en el congreso pleno[29]. A las empresas mineras se les pagaría una indemnización, pero restándole las «utilidades excesivas» que habían tenido los últimos años, producto de los bajos impuestos que pagaban (a veces nulos). Por este sistema las empresas Anaconda y Kennecott no recibieron un solo centavo.
Estas acciones del gobierno de Allende motivarían a Richard Nixon y su secretario de Estado Henry Kissinger para promover un boicot contra el gobierno de Allende, mediante la negación de créditos externos y la petición de un embargo al cobre chileno[30].
Para profundizar la reforma agraria se siguió utilizando la ley de reforma agraria de Eduardo Frei, que tenía varios vacíos legales que la Unidad Popular aprovechó al máximo, propiciando la «toma de tierras» por los campesinos, haciendo que la CORA (Corporación de la Reforma Agraria, dirigida en la practica por Chonchol) expropiara los fondos. A finales del año 1971 se llevó a cabo la expropiación de más de dos millones de hectáreas. Estas tomas empezaron a adquirir ribetes más y más violentos, por los enfrentamientos entre terratenientes y campesinos. El primer muerto fue Rolando Matus, pequeño agricultor que murió a balazos, cuando defendía una propiedad mínima en el sur de Chile contra quienes intentaban ocuparla por la fuerza. La derecha lo convirtió en un mártir, bautizando con su nombre a una de las brigadas de choque.
La congelación de precios y el aumento de sueldos debieron provocar inflación, pero en Chile un 20% de la capacidad productiva estaba ociosa, y antes de subir los precios, los comerciantes aprovecharon esa capacidad, generando crecimiento económico. Además, en el pensamiento de los economistas de la Unidad Popular, las emisiones de dinero tenían un lapso de tiempo durante el cual no producían inflación, al menos momentáneamente. Y funcionó, al menos el primer año, en que se dobló el dinero, la inflación fue baja y el Producto Interno Bruto creció un 8%[31].
También ayudó a la promoción de la UP que el poeta nacional Pablo Neruda, militante comunista, obtuviera el Premio Nobel de Literatura ese mismo año.
Con este clima, la Unidad Popular alcanzó un 49,731% de los votos en las elecciones municipales[32]. Sin embargo, ese resultado no se reflejó en las elecciones parlamentarias a inicios de 1973, cuando solo obtuvo un tercio de los parlamentarios. La única solución para ganarse el poder legislativo fue la propuesta de cambiar a un sistema de Cámara única.
Pero esa propuesta no prosperó y la magia económica empezó a flaquear. Al finalizar el año 1971 aparecerían los primeros síntomas de desabastecimiento. Cuando Allende volvió a plantear al Congreso la idea de una Cámara única, ya pocos estaban interesados en la idea. Las nociones de Revolución violenta y lucha de clases, en cambio, habían cobrado fuerza.
A finales de ese año Fidel Castro visitó Chile por tres semanas. Recorrió todo el país, lo que molestó a los opositores a la Unidad Popular y en especial a Kissinger. Es también en esa fecha que se empiezan a ver los primeros síntomas del desabastecimiento, en especial de azúcar.
En privado, el líder revolucionario cuba manifestó su escepticismo ante la vía pacífica de Allende. El 2 de diciembre de 1971, un informe secreto de la CIA despachado a Washington reveló las recomendaciones privadas de Castro a los líderes de la UP. Según el documento Fidel dijo: "Existen muy pocas posibilidades de construir un Estado Marxista en Chile si no se usa la violencia".
Mientras, miles de mujeres opositoras salieron a las calles a protestar, haciendo sonar cacerolas vacías en reclamo por la falta de alimentos, en dicho momento Fidel Castro se dio el tiempo para recorrer en auto la zona oriente de Santiago, pues quería ver a las mujeres que protestaban con sus propios ojos. Según un ex funcionario de la Cancillería Chilena , Fidel Castro quedó muy impresionado y en la recepción posterior instó a Allende a reprimir con mano dura la manifestación. El aludido le respondió con sequedad "Aquí yo soy el Presidente". Pese a ello Fidel Castro recomendó que las mujeres de la UP salieran a las calles a contrarrestar las manifestaciones y dictaminó que "la UP no debía preocuparse por la posibilidad de muertos y heridos, ya que la confrontación es el verdadero camino hacia la revolución".
Estos serían los primeros «cacerolazos», los cuales fueron rechazados por miembros del MIR (Movimiento de Izquierda Revolucionario), los cuales se enfrentaron a las mujeres arrojándoles piedras y otros objetos.
En el acto de despedida del Estadio Nacional, el comandante cubano dio la última estocada. Eludiendo todo elogio al proceso chileno, dijo que él y su comitiva "no veníamos a aprender cosas caducas en la historia... ya aprendimos bastante de las libertades burguesas y capitalistas". Agregó: "No estamos completamente seguros que en este singular proceso el pueblo chileno haya estado aprendiendo más rápidamente que los reaccionarios" Al despedirse, en el Estadio Nacional dijo: «Regreso a Cuba más revolucionario, radical y extremista de lo que vine».
Polarización de la sociedad chilena
La Democracia Cristiana, por el programa de Radomiro Tomic, tuvo un acercamiento inicial con la Unidad Popular, pero se alejó a causa del asesinato del ex ministro de Frei, Edmundo Pérez Zujovic, por el grupo VOP (Vanguardia Organizada del Pueblo) de tendencia ultra izquierdista, en junio de 1971[33].
A esto se sumó su baja en las elecciones, los desinhibidos ataques en su contra de la prensa oficialista y el aumento de la espiral de violencia.
La Democracia Cristiana se acercó entonces al PN (Partido Nacional, de tendencia derechista). Su primera acción conjunta se dio en la lección complementaria de un diputado en Valparaíso, en la que el candidato demócratacristiano ganó con el apoyo del PN.
Luego se coludieron para hacer una acusación constitucional contra el ministro del Interior José Tohá, por su responsabilidad en los hechos de violencia. Acusaciones parecidas había planteado el PN contra los ministros pero la DC se negó, hasta entonces, de seguirlos.
Allende removió a Tohá del Ministerio del Interior, pero lo colocó inmediatamente en la cartera de Defensa, en un acto de clara provocación hacia el Congreso, aunque legalmente inobjetable[34]. Se inició de este modo la alianza DC-PN para oponerse al gobierno de la Unidad Popular, realizando multitudinarias manifestaciones de repudio a la política del Gobierno, que darían paso a verdaderas batallas campales entre los manifestantes y grupos de izquierda.
En el aspecto legal, la DC y la derecha aprobaron una reforma constitucional (Proyecto Hamilton-Fuentealba), que definió las tres áreas clave de la economía y colocó trabas al plan estatizador de la Unidad Popular, dejando sin efecto las estatizaciones y requisiciones efectuadas con anterioridad al filo de la ley. El presidente veta el proyecto, y la insistencia de la cámara por aprobarlo crea un conflicto legal de amplias proporciones que se desarrolla durante todo el gobierno de Allende.
La violencia política se expande. El Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) intensificó sus actividades terroristas, y el PS (Partido Socialista de Chile) eligió como directiva al ala más radical del socialismo, dirigida por el senador Carlos Altamirano. Ambos grupos (el MIR y el PS) desconfiaban de la vía pacífica de Allende y seguían las enseñanzas del Che Guevara sobre la lucha subversiva[35].
Ya se había visto actuar a extremistas en el asesinato de Pérez Zujovic, y ahora comenzaron a armar a grupos de trabajadores y pobladores afines con sus ideas, creándose los llamados «cordones industriales».
En ocasiones, el Gobierno se negó a usar la fuerza policial para controlar estas acciones (en casos de tomas de fábricas y radios opositoras), siendo, en general, tibio en su reacción. La razón de ello es que los que realizan estas acciones son gente de la Unidad Popular, que luchan por el socialismo. El mismo Allende le regaló al jefe de unos revolucionarios argentinos fugados a Chile (y de ahí, con el pase del Gobierno, a Cuba) una pistola, «pa’ que te defendái»[36] y un mensaje: que él mismo no comparte su camino, pero debe ser consecuente con sus ideas.
El mismo Gobierno se vio envuelto en un caso de importación ilegal de armas desde Cuba, al llegar un avión de esa nacionalidad que no fue registrado y que se trasladó de inmediato a la casa presidencial de Tomás Moro, con armas enviadas para el GAP (Grupo de Amigos del Presidente)[37].
En la derecha, el grupo fascista Patria y Libertad, liderado por Pablo Rodríguez, intensificó sus usuales actos de terrorismo. Manifestaciones a favor o en contra del Gobierno se siguieron continuamente, llegando a ribetes de violencia gravísimos. Las brigadas de la lucha callejera empezaron a implantar un clima de intolerancia en el país. Los grupos Ramona Parra (comunista) y Elmo Catalán (socialista), se enfrentaron a la Rolando Matus (del Partido Nacional). Estos grupos reclutaron sus militantes, preferentemente, entre jóvenes extremistas.
Mientras tanto, la economía dejó de crecer. La emisión inorgánica de dinero cobró sus primeras víctimas y la inflación se disparó. El crecimiento del país llegó a ser negativo, cayeron los salarios reales, el déficit llegó al 25% del PGB (Producto General Bruto) y la deuda externa aumentó a 253 millones de dólares.
La fijación oficial de precios trajo consigo el «mercado negro», donde se vendían los productos a precios multiplicados. El mercado negro y el estancamiento económico, causaron la desaparición de productos básicos de consumo en almacenes y supermercados, provocando largas colas de gente para obtener sus mercancías. El dinero estaba, los sueldos eran altos, pero no había dónde gastarlo.
Para enfrentar el desabastecimiento, el Gobierno creó las JAP (Juntas de Abastecimiento y Precios)[38], que serían otro factor de discordia entre «los momios» (descalificativo aplicado a los miembros de la derecha) y «los upelientos» (descalificativos aplicado a los que apoyaban el Gobierno), pues se acusó a las JAP de favorecer a los negocios gubernistas y perjudicar a los independientes u opositores.
La resistencia gremial se volvió más fuerte, con el apoyo de la prensa opositora. Los diarios El Mercurio, La Segunda, La Tercera de la Hora, Las Últimas Noticias, La Prensa, La Tarde y La Tribuna atacaron sin cesar al Gobierno. Destacó el último diario (perteneciente a militantes del Partido Nacional), por sus virulentos titulares como: «MIRicones atacaron a mujeres»; «¡Allendista! Asesinó a otro camionero»; «Nunca antes un presidente contó con tanto fervor popular unido en un solo grito: ¡Que se vaya!», etc.
Por su parte la prensa izquierdista tampoco se quedó atrás, aprovechando cualquier cosa para desacreditar a sus adversarios (por ejemplo, escribir Pe-Ene en lugar de PN). Destacan en la lista La Nación (diario gubernamental), Las Noticias de Última Hora (del Partido Socialista), El Siglo (oficial del Partido Comunista), El Clarín y Puro Chile (vinculado al Partido Comunista). Destacan algunos de sus ejemplares: «Frei, espía de los EE.UU.»; «¡Chúpense esta, momios!»; «Senado ampara a ladrones de alimento», etc.[39].
En los otros medios la situación no era mejor. Alumnos izquierdistas de la Universidad de Chile tomaron el Canal 9 de televisión, propiedad de la Universidad, y lo usaron como plataforma para su pensamiento político. Los alumnos que rechazaron la toma crearon con instrumentos rudimentarios el Canal 6, el que fue destruido posteriormente por brigadas de izquierda.
También el Canal 9 recibió ataques, destacándose la ocasión en que, intentando cortar las comunicaciones del canal, maniataron y amordazaron a un trabajador que se encontraba en el lugar, muriendo por asfixia. El crimen lo realizó el criminal estadounidense Michael Townley, que se haría aún más famoso por los asesinatos de Prats y Letelier durante el Régimen Militar.
Se acusó al sacerdote Raúl Hasbún, director de Canal 13 de la Universidad Católica, de dirigir el hecho y proteger a Townley (lo que resultó falso). Se le tachó de «asesino» y de «Satanás Hasbún», respondiendo éste con el recrudecimiento de la línea opositora del canal.
Los medios opositores y los gremios empresariales levantaron como bandera de su lucha a la Papelera, empresa proveedora y distribuidora de papel. Con su estatización, la oposición temía que el Gobierno podría controlar la prensa opositora y callar sus demandas. Aquí se trataba de un intento de ahogo financiero para estatizarla, pues los trabajadores de la Papelera se negaban a entrar en el área social de la economía como quería el gobierno.
La grave situación económica y el temor a ser estatizados, llevó a la Agrupación de Dueños de Camiones liderados por León Vilarín, con el apoyo de otros gremios, a realizar un paro nacional en octubre, agravándose aun más los problemas de distribución. En este paro estaba detrás dinero de la CIA, que conspiraba para hacer caer el gobierno de Allende, entregando también recursos a diarios opositores, principalmente a El Mercurio[40]. La oposición se plegó a la movilización, adhiriéndose ingenieros, abogados, odontólogos, médicos, profesores, estudiantes y muchos más, quedando el país virtualmente paralizado.
Los camioneros enviaron sus demandas en lo que se conoció como el «pliego de Chile», donde se demandaba el fin de las clausuras radiales, la banca única, el ahogamiento de la Papelera y otras demandas similares.
El paro sólo se detuvo con el ingreso de miembros de las Fuerzas Armadas a los Ministerios: el comandante en jefe del ejército, Carlos Prats, en Interior; el contralmirante Ismael Huerta en Obras Públicas, y el general de Brigada Claudio Sepúlveda en Minería[41]. Este gabinete duró hasta las elecciones parlamentarias de marzo de 1973.
Ministros de Estado
Ministro | Nombre/Periodo |
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Ministro del Interior | José Tohá (1970-1972) Alejandro Ríos Valdivia (1972) Hernán del Canto (1972) Jaime Suárez (1972) Carlos Prats (1972-1973) Gerardo Espinoza (1973) Carlos Briones (1973) Orlando Letelier (1973) Carlos Briones (1973) |
Ministro de Relaciones Exteriores | Clodomiro Almeyda (1970-1973) Orlando Letelier (1973) Clodomiro Almeyda (1973) |
Ministro de Economía, Fomento y Reconstrucción | Pedro Vuskovic (1970-1972) Carlos Matus (1972) Fernando Flores (1972) Orlando Millas (1972-1973) José Cademártori (1973) |
Ministro de Hacienda | Américo Zorrillas Rojas (1970-1972) Orlando Millas (1972) Fernando Flores (1972-1973) Raúl Montero (1973) Daniel Arellano (1973) |
Ministro de Educación Publica | Mario Astorga (1970-1972) Alejandro Ríos Valdivia (1972) Aníbal Palma (1972) Jorge Tapia (1972-1973) Edgardo Enríquez (1973) |
Ministro de Justicia | Lisandro Ponce (1970-1972) Manuel Sanhueza (1972) Jorge Tapia Valdés (1972) Sergio Insunza (1972) |
Ministro de Defensa Nacional | Alejandro Ríos (1970-1972) José Tohá (1972-1973) Clodomiro Almeyda (1973) Carlos Prats (1973) Orlando Letelier (1973) |
Ministro de Obras Públicas y Transportes | Pascual Barraza (1970-1972) Ismael Huerta (1972-1973) Daniel Arellano (1973) Humberto Martones (1973) César Ruiz (1973) Humberto Maglochetti (1973) |
Ministro de Agricultura | Jacques Chonchol (1970-1972) Rolando Calderón (1972-1973) Pedro Hidalgo (1973) Ernesto Torrealba (1973) Jaime Tohá (1973) |
Ministro de Tierras y Colonización | Humberto Martones (1970-1973) Roberto Cuélar (1973) José María Sepúlveda (1973) |
Ministro de Trabajo y Previsión Social | José Oyarce (1970-1972) Mireya Baltra (1972) Luis Figueroa (1972-1973) Jorge Godoy (1973) |
Ministro de Salud Pública | Oscar Jiménez (1970-1971) Juan Carlos Concha Gutiérrez (1971) Arturo Jirón (1972) Mario Lagos (1973) |
Ministro de Minería | Orlando Cantuarias (1970-1972) Mauricio Yungk (1972) Pedro Palacios (1972) Alfonso David (1972) Claudio Sepúlveda (1972-1973) Sergio Bitar (1973) Pedro Felipe Ramírez (1973) |
Ministro de Vivienda y Urbanismo | Carlos Cortes (1970-1971) Julio Benítez Castillo (1971-1972) Orlando Cantuarias (1972) Luis Matte (1972-1973) Aníbal Palma (1973) Pedro Felipe Ramírez (1973) |
1973, el quiebre de la democracia
En marzo de 1973 se produjeron las elecciones parlamentarias. La oposición, agrupada en la CODE (Confederación de la Democracia) deseaba obtener dos tercios del Congreso. Si lo lograba, podría emitir una acusación constitucional contra Allende y destituirlo de la presidencia. Pero la UP logró el 43,3% de los votos y la CODE el 55%.
Allende, buscando una solución a la crisis, intentó un acercamiento con la DC. El primer intento fue con el proyecto de reforma constitucional Hamilton-Fuentealba que fue vetado por el Ejecutivo. Antes de que el Parlamento respondiese al veto, se desarrollaron una serie de conversaciones entre el Gobierno y la DC para hacer aprobar la reforma, de tal forma de que el traspaso de las empresas al «área social» de la economía, fuera leal y pacífico. La piedra de tope era que habría que devolver las empresas tomadas ilegalmente o de forma legalmente dudosa.
El acuerdo no se concretó debido a la oposición del PS, en cambio su compañero de alianza, el Partido Comunista, trabajó por el entendimiento. El PS junto a Carlos Altamirano comenzó con sus acciones transversales y discursos encendidos a crear graves problemas a Allende.
Otro intento de acercamiento fue propuesto por el cardenal Raúl Silva Henríquez, propiciando un diálogo entre Allende y el presidente de la DC Patricio Aylwin, para buscar un acuerdo que pudiera hacer superar esta situación. Pero el diálogo no prosperó. Según el cardenal, fue la intransigencia de la UP la que hizo fracasar la búsqueda de consenso, pero hay que considerar también la oposición al diálogo que manifestó Frei, y de que Aylwin pedía ministros militares con poderes muy amplios, que dejarían fuera del poder a la UP[42].
A Allende no le quedan muchas opciones. Si el golpe de Estado todavía no se daba, fue porque el recuerdo del comandante René Schneider y su doctrina (según la cual las Fuerzas Armadas deben apegarse estrictamente a la Constitución y las Leyes) los detenían. Pero el recuerdo se iba esfumando, y la realidad los impulsaba a tomar el camino del golpe de Estado. Sectores civiles opositores al gobierno se manifestaron frente a los cuarteles arrojando trigo y maíz, e insinuándoles que eran gallinas. Según sostienen algunas fuentes, las acciones de estos sectores eran directamente financiadas por la CIA. Sin embargo, el comandante en jefe era Carlos Prats, quien jamás en su vida se hubiera plegado a un golpe de Estado, por lo que si las otras ramas de las fuerzas armadas lo intentaban, se podrían eventualmente enfrentar al Ejército y devenir en una guerra civil. El Partido Comunista lanzó entonces su campaña «No a la Guerra Civil». Pero en esos mismos instantes críticos, Carlos Altamirano, secretario general del PS, decía: «El golpe no se combate con diálogos, se aplasta con la fuerza del pueblo».
Esto alimentó a los golpistas. La violencia callejera se volvió cada vez más intensa, acercándose a la barrera de los 100 muertos por violencia política durante el gobierno de Allende. Un nuevo foco de violencia se creó entre el estudiantado por el proyecto de la Escuela Nacional Unificada (ENU), el que deseaba cambiar la educación en Chile, de una basada en los valores del capitalismo a una con valores del «hombre nuevo» del socialismo. También este plan integraría una «educación permanente», y aunque el proyecto se encontraba «en pañales» se produjo una violenta reacción de sectores estudiantiles liderados por fuerzas de derecha. La FEUC (Federación de Estudiantes de la Universidad Católica) llamó a defender la libertad educacional contra el «instrumento de concientización política del marxismo» por lo que se enfrentaron en luchas callejeras con agrupaciones de las Juventudes Socialista y Comunista. La Feses (Federación de Estudiantes Secundarios) se dividió entre los que apoyaban la ENU, entre ellos el dirigente Camilo Escalona, y los que la rechazaban, encabezados por Miguel Salazar. Finalmente el proyecto fue retardado por petición del cardenal[43].
Pero el conflicto educacional no fue el único tema de discordia entre los chilenos, el desabastecimiento, las JAP, la reforma agraria, las «tomas de tierras», los grupos armados, los cordones industriales, etc. Son todos motivos de discordia entre los chilenos, cuya convivencia democrática está rota, y ya existen grupos que hablan directamente de realizar un golpe de Estado.
El 11 de junio el Congreso aprobó la reforma constitucional Hamilton-Fuentealba por 106 votos, que volvió inexpropiables los predios inferiores a 40 ha y dio garantías a los comerciantes y transportistas. Allende se negó a promulgar toda la reforma, y se limitó a publicar aquella en la que no tienen grandes diferencias la DC con la UP. Se basó en la facultad que tiene el presidente de vetar una Ley, y ésta debe ser aprobada por 2/3 de los votos para sobrepasar el veto. La oposición consideró este acto inconstitucional, y la Contraloría General de la República le dio la razón. Ahora Allende se puso al filo de la legalidad, (fuera de ella, según la apreciación de la oposición), al ignorar las facultades de la contraloría y del poder Legislativo.
El general Carlos Prats, que cada día se vía con menos apoyo, sufrió un incidente el 27 de junio. Mientras viajaba en su vehículo por la costanera, se le acercó una renoleta de color rojo desde la cual sus pasajeros empezaron a hacerle burlas e insultos. Prats, alarmado, trató de evadirlos, recordando lo ocurrido con el general Schneider. El conductor de la renoleta le saca la lengua y, exasperado, el general le disparó al automóvil, que se detuvo al instante.
Prats se bajó de su auto y recibió una gran sorpresa al darse cuenta que «el conductor» era en realidad una conductora (su peinado causó la confusión), Alejandrina Cox. Anonadado, el comandante se vio pronto rodeado de un gran gentío que le demostraba su repudio. Al regresar al centro de Santiago presentó su renuncia ante el presidente, el cual la rechazó[44]. Un hecho ocurrido dos días después lo salvaría frente a la opinión publica, por el momento.
El 29 de junio, el regimiento blindado N° 2, al mando del coronel Roberto Souper, protagonizó un levantamiento militar contra el Gobierno, usando varios tanques, un porta tanques y dos camiones con 40 hombres cada uno.
Los sublevados intentaron tomar el Palacio de la Moneda, enfrentándose a las Fuerzas de la Guarnición, dirigidas por el comandante en jefe Carlos Prats en persona, el cual puso en riesgo su vida para obtener la rendición de los sublevados. Los miembros de Patria y Libertad, que estimularon el golpe, se asilaron en la embajada ecuatoriana. El resultado final de este intento fue conocido como «tanquetazo», que dejó 20 muertos, de los cuales gran parte fueron civiles[45].
Alarmado, Allende llamó nuevamente a los uniformados a integrar el gabinete, en esta ocasión con los cuatro miembros máximos de las Fuerzas Armadas, mientras planeó su última arma para salir de la crisis: un plebiscito.
Mientras, las acciones del PS lideradas por Carlos Altamirano ya habían contribuido a que las intenciones de Allende se colapsaran.
El fallido plebiscito
Presumiblemente, Allende planeó convocar a un plebiscito acerca de su permanencia en el cargo de Presidente. Sin embargo, hasta hoy no ha podido ser probado que Allende haya tenido esa intención [46].
Un plebiscito habría sido una solución viable para Allende. El plebiscito habría consultado a los chilenos sobre su mandato y el Presidente habría renunciado si el resultado le hubiese sido negativo. Si el resultado del plebiscito hubiese sido a favor de la permanencia de Allende en la Presidencia, presumiblemente habría disminiudo la probabilidad de un golpe de Estado. Si el resultado del plebiscito hubiese sido adverso a Allende (lo más probable por la composición política del país [47]) ), se habría retirado con la cabeza en alto por dejar su mandato por designio de la ciudadanía y no por las presiones opositoras.[48].
Vial[49] estima que Allende sí tenía la intención de convocar un plebiscito. Según este autor, el problema del Presidente estaba en el Comité de la Unidad Popular, que no aceptó la idea del plebiscito. El Partido Socialista sostenía que "sería una renuncia a los logros alcanzados". Apoyaban la posición socialista una fracción del MAPU y la Izquierda Cristiana dentro del comité y el MIR se indignó tanto con la idea, que sus integrantes dejaron de llamarlo "compañero", refiriéndose a él en adelante como "señor". El único baluarte de Allende eran en esos momentos el Mapu Obrero y Campesino (sección moderada), el Partido Radical, y principalmente el Partido Comunista, que compartía su idea de la "vía pacífica al socialismo". Intentó nuevamente la idea del plebiscito a inicios de septiembre, pero la intransigencia del Partido Socialista se mantuvo. El comunismo dio, entonces, vía libre a Allende para que este, si así lo deseaba, proclamase el plebiscito a pesar del veto socialista. Una gestión de Orlando Letelier (ministro de Defensa), convenció al PS para que retirase su veto. Allende podría finalmente convocar al plebiscito, pero la gestión de Letelier ocurrió en la noche del 10 de septiembre.
Sucesos anteriores al golpe de Estado
El golpe fue planeado por prácticamente toda la plana superior de la Armada, salvo el almirante Montero, pero este se encontraba aislado y la Armada obedecía al vicealmirante José Toribio Merino. Lo mismo sucedía en la Aviación, excepto por el general César Ruiz, cabeza de la entidad. Mas al retirarse este último del Ministerio de Obras Públicas y Transporte (que había asumido como consecuencia del «tanquezazo»), Allende lo obligó a renunciar a ambos cargos, ministro y comandante, asumiendo en su lugar el cargo militar el general Gustavo Leigh, opositor al gobierno. El Ejército estaba dividido, pero la balanza cada vez se cargaba más hacía la opción del golpe. En Carabineros no conspiraban más que dos o tres generales de baja antigüedad, entre ellos el general César Mendoza.
Finalmente cayó Prats. El 21 de agosto, una manifestación de esposas de generales se inició frente a su casa, a la que llegaron también varios oficiales de civil a protestar contra él. Fue insultado y apedreado, y al deshacer la manifestación Carabineros, ésta se volvió a organizar[50]. Llegaron al lugar Augusto Pinochet (considerado el «segundo» de Prats), Allende y sus ministros. Todos fueron abucheados. Deprimido y desilusionado, pidió a los generales que reafirmaran su lealtad hacia él; como sólo unos pocos lo hicieron, resolvió renunciar a la comandancia en jefe. Recomendó a Allende al cargo a Pinochet, que tenía una larga hoja de vida como soldado profesional y apolítico.
El 23 de agosto se reunieron Allende, Prats y Pinochet en el Palacio de la Moneda. Al finalizar la reunión Pinochet fue nombrado comandante en jefe del Ejército.
El 22 de agosto la cámara aprobó el Acuerdo de la Cámara de Diputados sobre el grave quebrantamiento del orden constitucional y legal de la República, causada por la negativa del Ejecutivo a promulgar la reforma constitucional de las tres áreas de la economía, a pesar de haber sido aprobadas por el Congreso y actuando en contra de la Constitución según el contralor. El texto dejó en claro que es responsabilidad de los ministros militares terminar con la situación de ilegalidad.
Más leña fue echada al fuego. Marinos se reunieron con Altamirano para advertirle de los intentos golpistas, siendo los primeros procesados por la Armada. Altamirano lanzó un discurso incendiario, reivindicando su derecho a recibir informes de cualquiera que denuncie conspiraciones: «Si pudiera, hablaría de nuevo con ellos». «Si se intenta un golpe, Chile será un segundo Vietnam heroico»[51].
Por su parte, la Corte Suprema resolvió responder a la petición de desafuero de Altamirano (pedida por la Armada) el 11 de septiembre.
Preparativos del golpe
Las Fuerzas Armadas estaban preparadas para dar un golpe militar mucho antes de pensar en él. El Ejército tenía «planes de contrainsurgencia», para el caso de que una subversión sobrepasase a las Fuerzas de Orden (Carabineros). Este plan consistía en que el país estaba dividido en diferentes secciones, y para cada una se establecía un plan para actuar contra la posible insurgencia. Este plan sería la base prima para los golpistas, que solo tuvieron que adaptarlo a las nuevas circunstancias.
El problema era el general Prats, que mantenía su lealtad al presidente y tenía a la guarnición de Santiago y al comando de institutos militares en manos de gente cercana (generales Sepúlveda y Pickering).
Se tenía que adelantar el golpe para antes de Fiestas Patrias (18 de septiembre), porque si se retardaba mucho podía ocurrir otro «tanquetazo», que permitiría limpiar de oficiales golpistas la plana del Ejército. Pero cayó Prats, y Sepúlveda y Pickering renunciaron en un gesto de solidaridad. El nuevo comandante en jefe era Pinochet, del cual no se sabía si era o no golpista.
El 7 de septiembre el Almirante Merino envia al Comandante General del Cuerpo de Infantería de Marina, Contraalmirante Huidobro con una carta escrita en un pequeño papel el cual comprometia a Pinochet y Leigh a poner sus fuerzas para el 11 de septiembre, y la hora 6:30 h en Valparaíso, atrás ellos debían firmar el conforme.
En una reunión el día 9, Allende comentó a Pinochet su intención de un plebiscito. Ése mismo día, Pinochet se sumó al golpe.
El 11 de septiembre
El 10 de septiembre a las 16:00 h zarpó la escuadra, tal y como estaba previsto, ya que debía participar en las maniobras navales internacionales UNITAS. Mientras tanto, el Ejército se acuarteló. La razón dada: el probable desafuero de Altamirano y Garretón el día 11. Este desafuero, según explicó Pinochet al ministro de Defensa Orlando Letelier, podía causar disturbios, por lo que se hacía necesario el acuartelamiento[52].
En la madrugada del 11 de septiembre, la escuadra reapareció en Valparaíso y las Fuerzas Armadas tomaron la ciudad. El prefecto de Valparaíso, Luis Gutiérrez, realizó una llamada por el único teléfono que funcionaba en el puerto, el suyo (línea dejada libre a propósito por los golpistas), para avisar al subdirector de Carabineros, general Jorge Urrutia, que la infantería de marina estaba en las calles y había empezado a tomar posiciones de combate. Urrutia telefoneó a Allende, que se encontraba en su residencia de Tomás Moro. Allende, calmado, pidió ubicar a Pinochet y a Leigh, pero eran inubicables.
A las 7:15 h, Allende, en su Fiat 125, y el GAP se enfilaron hacia el Palacio de la Moneda, llegando veinte minutos después. Cargaba con un fusil AK-47 (regalo de Fidel Castro) y el GAP ingresó al palacio de Gobierno dos ametralladoras y tres RPG-7, además de sus armas personales.
Paralelamente, llegó a esa hora Pinochet al Comando de Comunicaciones, un poco retrasado. Se organizaron las redes de comunicaciones con las demás ramas de las Fuerzas Armadas, especialmente con Leigh, que se encontraba en la Academia de Guerra Aérea, y con Patricio Carvajal, que sería el coordinador de todo el golpe.
Sepúlveda, director general de Carabineros llegó a la Moneda, y le aseguró que Carabineros le sigue fiel al gobierno. Lo ignoraba, pero Carabineros está ahora controlado por los generales Mendoza y Yovane.
La Cadena Democrática, formada por las radios Minería y Agricultura, emitió la primera proclama militar[53]. Allende debía hacer entrega inmediata de su cargo a la Junta de Gobierno, integrada por los jefes supremos de las Fuerzas Armadas: Pinochet, Leigh, Merino y Mendoza (los dos últimos recién autonombrados como jefes supremos de sus ramas, Armada y Carabineros respectivamente).
Se le dio también al presidente un ultimátum: si La Moneda no era desalojada antes de las 11:00 h, sería atacada por tierra y aire. El ambiente en la Moneda era de tristeza, lo peor que podía ocurrirles estaba pasando. Carabineros retira las tanquetas y al personal apostados frente ella
Los militares se contactaron con la Moneda y le propusieron sacarlo del país, pero Allende la rechazó. Pinochet se contacta con Carvajal, que le indicó la negativa del presidente a rendirse.
A las 9:55 h los tanques del general Palacio ingresaron en el perímetro de la Moneda. Francotiradores apostados en los edificios aledaños los trataron de repeler, y se inició una balacera. A las 10:15 h, a través de radio Magallanes —la única pro gobierno que aún no era silenciada— Allende emitió su último mensaje a la Nación.[54]
A las 10:30 h los tanques abrieron fuego contra la Moneda, les siguieron las tanquetas y la infantería, fuego que fue respondido por los miembros del GAP y los francotiradores apostados en los edificios aledaños.
Carvajal se comunicó nuevamente con Pinochet, informándole de la intención de parlamentar. Pinochet exigió una «rendición incondicional».
Sin embargo, también se mostró en ocasiones más humanitario que sus compañeros de golpe. Ofreció a Allende salir del país (Carvajal quería apresarlo), y consiguió que Leigh detuviese el bombardeo aéreo unos minutos, para evacuar a las mujeres del interior de la Moneda (a lo que Leigh se oponía).
A las 11:52 h los cazabombarderos Hawker Haunter iniciaron su ataque a la Moneda, disparando en cuatro oportunidades sus cohetes sobre la casa de Gobierno, el daño causado es devastador. Otros dos aviones bombardearon la residencia presidencial de Tomás Moro, a la sazón defendida por los miembros del GAP que no alcanzaron a llegar con Allende.
El ataque al Palacio de Gobierno prosiguió con el uso de gases lacrimógenos, pero al ver que la Moneda todavía se negaba a rendirse, el general Palacios decidió tomarla y envió a un grupo de soldados a derribar la puerta del Palacio. Son las 14:30 h de la tarde.
Allende decidió rendirse y deponer las armas. Entonces —según el testimonio de uno de sus doctores, Patricio Gijón, que regresó para llevarse su mascarilla antigás— con el fusil AK-47, se sucicidó disparándose en la barbilla, explotando la bóveda craneana y muriendo instantáneamente[55]. Palacios entró en el Salón Independencia, y se encontró con Allende y el doctor Girón. Reconoció al presidente por su macizo reloj Galga Coulde. Llamó al oficial de radio y entregó su escueto informe: «Misión cumplida. Moneda tomada, presidente muerto». A su vez Carvajal dice por interno a Pinochet:
"Hay una comunicación, una información de personal de la Escuela de Infantería que está ya dentro de La Moneda. Por la posibilidad de interferencia, la voy a transmitir en inglés: They say that Allende committed suicide and is dead now (Dicen que Allende se suicidó y ahora está muerto)" — Patricio Carvajal, 11 de septiembre de 1973
A las 18 horas se conformó la Junta de Gobierno. A excepción de unas escaramuzas en sitios aislados de Santiago, la junta domina todo el país. La Unidad Popular y su presidente habían muerto, iniciándose diecisiete años de dictadura.
Funerales
Sus restos fueron enterrados en el Cementerio Santa Inés de Viña del Mar, sin una placa que lo identificara, en una discreta ceremonia en que sólo pudieron asistir Hortensia Bussi, Laura Allende y dos sobrinos del presidente, Patricio y Jaime Grove, además del comandante de la FACH Roberto Sánchez[56].
Durante años se mantuvo el mito de que Allende fue asesinado, teoría que ya ha sido descartada por testigos[57], estudiosos y la misma familia del fallecido[58].
Casi 18 años después, el 4 de septiembre de 1990 por órdenes del presidente Patricio Aylwin, Salvador Allende recibió un nuevo funeral, pero esta vez masivo y con los honores de Estado que le correspondían como ex mandatario.
Predecesor: Eduardo Frei Montalva |
Presidente de la República de Chile 1970-1973 |
Sucesor: Junta Militar de Gobierno Presidida por Augusto Pinochet Ugarte |
Predecesor: Miguel Etchebarne Riol |
Ministro de Salubridad, Previsión y Asistencia Social 1939-1942 |
Sucesor: Eduardo Escudero Forrastal |
Predecesor: José Tomás Reyes Vicuña |
Presidente del Senado 1966-1969 |
Sucesor: Tomás Pablo Elorza |
Referencias
- Allende, Salvador (2005), Higiene mental y delincuencia, Editorial CESOC. Tesis doctoral sostenida en la Escuela de Medicina de la Universidad de Chile en 1933. Publicada por Editorial CESOC (Santiago de Chile) y El Clarín [1].
- Cavallo, Ascanio; Salazar, Manuel y Sepúlveda, Óscar (1998), La Historia Oculta del Régimen Militar, Santiago de Chile: Editorial Sudamericana. ISBN 9562620611.
- Garcés, Joan E. (1976), Allende et l'expérience chilienne, París: Presses de la Fondation Nationale des Sciences Politiques..
- García, Fernando D. y Sola, Oscar (1998), Salvador Allende. Una época en blanco y negro. Prólogo de Isabel Allende. ISBN 950-511-386-2.
- Goldenberg, Gregorio (1990), La Muerte del presidente Allende, Santiago de Chile: Ediciones Domicilio Conocido..
- González, Miguel y Fontaine T., Arturo (editores) (1997), Los mil días de Allende. 2 Vol. ISBN 956-7015-22-8.
- Jorquera, Carlos (1990), El «Chicho» Allende, Ediciones BAT. ISBN 956-7022-07-K.
- Puccio, Osvaldo (1985), Un cuarto de siglo con Allende: Recuerdos de su mayordomo privado, Santiago: Editorial Antártica.
- Soto, Óscar (1998), El último día de Salvador Allende. Prólogo de Hortensia Bussi de Allende. ISBN 956-239-084-5.
- San Francisco, Alejandro y Soto, Ángel (editores) (2005), Las elecciones presidenciales en la historia de Chile 1920- 2000, Santiago: Editorial Antártica. 956-8147-23-3.
- Uribe, Armando y Opaso, Cristián (2001), Intervención Norteamericana en Chile [Dos textos claves], Santiago: Editorial Sudamericana. 956-262-123-5.
- Veneros, Diana (2003), Allende, Santiago de Chile: Editorial Sudamericana. ISBN 956-262-121-2.
- Vial, Gonzalo (2003), Allende, Fascículos en el diario La Segunda.
- Vial, Gonzalo (2003), Chile en el Siglo XX, Fascículos en el diario Las Últimas Noticias.
Notas
- ↑ Su nombre completo, según algunas fuentes 1 parece ser Salvador Isabelino del Sagrado Corazón de Jesús Allende Gossens, aunque muchos discrepan.
- ↑ Vial. 1-Allende, Fidel y el Che: destinos paralelos. Págs. 18-19
- ↑ Figueroa, Virgilio. Diccionario histórico y biográfico de Chile. Santiago imprenta de la Ilustración, 1897, Págs. 450-451.
- ↑ Veneros. Pág. 37
- ↑ Debray, Régis. Allende habla con Debray en Punto Final, N°126, Pág. 29.
- ↑ Veneros. Pág. 38
- ↑ Escuela de Medicina de la Universidad de Chile. Certificados de Exámenes Finales, años 1926-1931.
- ↑ Veneros. Pág. 76
- ↑ Ramón, Armando de. Biografías de Chilenos Tomo I. Ediciones Universidad Católica de Chile, 1999, Págs. 60-61
- ↑ Jorquera. Pág 184.
- ↑ Veneros. Pág. 99
- ↑ Veneros. Pág. 100
- ↑ Veneros. Págs. 106-107
- ↑ Para la Carrera parlamentaria de Allende ver su biografía en la Página de la Biblioteca del Congreso Nacional
- ↑ Vial. 3-Relación con los guerrilleros chilenos: romance y ruptura Pág. 4
- ↑ San Francisco y Soto. Pág. 272
- ↑ San Francisco y Soto. Págs. 298-299
- ↑ San Francisco y Soto. Pág. 331
- ↑ Ver biografía de Schneider en Icarito
- ↑ Uribe y Opaso. Pág. 250.
- ↑ El Mercurio, 6 de septiembre de 1970
- ↑ Uribe y Opaso. Pág. 257-260.
- ↑ Uribe y Opaso. Pág. 261-262.
- ↑ El Mercurio, 23 de octubre de 1970
- ↑ La Segunda, 24 de octubre de 1970
- ↑ La Prensa, 3 de noviembre de 1970
- ↑ Vial. 4-Por qué fracasó el “Plan Maestro” de la UP para alcanzar el poder total Págs. 3-5
- ↑ Vial. Chile en el Siglo XX Págs. 362-363
- ↑ ver: Discurso de Salvador Allende al promulgarse la ley que nacionalizó el Cobre, publicado en La Nación, 12 de julio de 1971.
- ↑ Uribe y Opaso. Pág. 274-279.
- ↑ Vial. Chile en el Siglo XX Pág. 363
- ↑ Según un especial del diario la Tercera y también pero menos exacto en www.salvador-allende.cl. Otras versiones, al parecer sin contar nulos y blancos, consignan un 50,86%, ver 1
- ↑ Veneros. Pág. 322.
- ↑ Veneros. Pág. 328-329.
- ↑ Vial. Chile en el Siglo XX Págs. 365-367.
- ↑ Vial. 3-Relación con los guerrilleros chilenos:romance y ruptura Pág. 20.
- ↑ Vial. Chile en el Siglo XX Pág. 367.
- ↑ Las JAP fueron creadas por la resolución de DIRINCO N° 112 que se publicó en el Diario Oficial el 4 de abril de 1972, resolución sobre la cual la Contraloría General tomó razón dándole el curso legal.
- ↑ Versiones en Internet de las portadas de diarios de la época se pueden encontrar en la página del Centro de Estudios Públicos
- ↑ Uribe y Opaso. Pág. 267-269.
- ↑ Vial. Chile en el Siglo XX Págs. 370-371.
- ↑ Vial. Chile en el Siglo XX Págs. 372-373.
- ↑ Ver Declaración de la Asamblea Plenaria del Episcopado sobre la Escuela Nacional Unificada
- ↑ Vial. 6-(I) El ocaso de Prats en el gobierno (II) El «niet» de la URSS, el hermano mayor Págs. 9-10.
- ↑ Sobre el Tanquetazo ver el programa Contacto El Tanquetazo minuto a minuto
- ↑ "Briones nos dijo que Allende buscaría una fórmula de salida, que una de ésas sería el plebiscito. Pero no hay ninguna prueba. Allende debió pronunciar su discurso el lunes 10 de septiembre y decidió dejarlo para un acto en la Universidad Técnica el martes en la mañana, pero ese martes se produjo el golpe. No sé si tenía un discurso redactado. Hasta el día de hoy no se ha conocido." Patricio Aylwin, El Mercurio de Santiago (Cuerpo Reportajes) del 24 de diciembre de 2006.
- ↑ Entrevista a José Miguel Insulza en El Mercurio de Santiago (jueves 14 de diciembre de 2006):
- En esa línea, (Insulza) precisó que cuando se recuerda el golpe de 1973 normalmente se tiene la idea de que "el país marchaba en plena alegría y entusiasmo en la dirección del socialismo". "Eso no es así. Éramos una sociedad profundamente dividida y el gobierno estaba en minoría", afirmó, agregando que si bien "una cantidad importante de la mayoría opositora no quería esa clase de golpe, la mayoría estaba en contra del gobierno. Ésa era la realidad", afirmó (Insulza).
- ↑ Vial. Pinochet la Biografía Págs. 204-208.
- ↑ Vial. Chile en el Siglo XX Pág. 381.
- ↑ Vial. 6-(I) El ocaso de Prats en el gobierno (II) El “niet” de la URSS, el hermano mayor Págs. 13-15.
- ↑ Las Noticias de Última Hora, 10 de septiembre de 1973.
- ↑ Existe numeroso material en internet que narra los acontecimientos del golpe de Estado, el ya citado especial de La Tercera, en la página de Canal 13 y en la página de TVN
- ↑ Radiaficionados grabaron las comunicaciones entre los altos mandos durante el golpe de Estado, siendo dados a conocer a la opinon publica en diciembre de 1985, en la Revista Análisis.
- ↑ Última alocución de Salvador Allende. Documento sonoro
- ↑ Guijón desde el 11 de septiembre ha dicho públicamente que Allende se suicidó, lo que le valió el rechazo de sus compañeros de izquierda. Ver recuerdos de su testimonio en Radio Cooperativa.
- ↑ Cavallo, Salazar y Sepúlveda. Págs 14-15.
- ↑ Un nuevo testigo, José Quiroga, que por años guardó silencio, viene a reafirmar el suicidio de Allende, ver 1.
- ↑ La familia tardó años en asumir la realidad del suicidio, ver testimonio de su hija Isabel
Véase también
Enlaces externos
- Commons alberga contenido multimedia sobre Salvador Allende.Commons
- Wikisource contiene obras originales de Salvador Allende.
- Wikiquote alberga frases célebres de o sobre Salvador Allende.
- Especial Sepiensa.cl sobre los 30 años del golpe
- La Unidad Popular
- El Exilio chileno
- Museo de la Solidaridad Salvador Allende
- Mapa de Entorno del Palacio de la Moneda
Videos
- Bombardeo del palacio de la Moneda durante el Golpe de Estado contra Salvador Allende
- Exhaltación del golpe de estado con imágenes de los bombardeos contra las instituciones presidenciales y el despliegue del ejército sublevado
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